LAS
PROMESAS DE D. IGNACIO.
Ese momento en el que un hombre
saborea la inmortalidad, con sus palabras, que durante siglos sirven de
inspiración a generaciones enteras, debe ser
de una euforia indescriptible. La frase de José Martí es un compendio de
lo que debe imperar entre personas civilizadas: respeto mutuo.
No nos engañemos, pues el que
todavía no se ha enterado de qué va la política neoliberal del Partido Popular,
con sus mayorías absolutas aplastantes, es que o no ha sentido en sus carnes su
látigo, o lo bendice por conveniencia, o es un iluso que cree que vamos hacia
buen puerto. No hay ni una sola ley, ni una sola, aprobada por este Gobierno de
Rajoy, que favorezca al trabajador, a la inmensa mayoría de los ciudadanos de
este país. Todas las reformas, sin excepción, cubren las espaldas de las
grandes fortunas de España, de los empresarios, banqueros y demás corruptela que
nos han metido en esta crisis.
Pero no es sólo Rajoy y su
séquito de ministrillos de rostros impávidos ante el drama social, los únicos
responsables de todo lo que tenemos encima. Sus brazos armados, sus presidentes
autonómicos y sobre todo, sus alcaldes, están rematando la faena, dando el tiro
de gracia a un pueblo incrédulo ante la violación de sus promesas electorales.
Centrémonos en Sevilla.
Más de un año ya de gobierno de
D. Ignacio Zoido. Ni rastro de sus demandas enardecidas, cuando era el azote de Monteseirín. Ha hecho justo lo
mismo que su jefe de filas de Madrid: olvidarlas. Y a las pruebas me remito,
para los del grupo que me leen y no han sentido aún en sus espaldas su látigo.
Denunció los ciento y pico cargos
de confianza del socialista. A fecha de hoy, más de 200 cargos de libre
designación (todos con carnet del PP, por supuesto) comen de la olla pública de
los sevillanos…y un buen grupo de ellos, con nóminas que superan los 70.000 €
anuales. Y el número sigue aumentando, sin remordimientos y sin tapujos. El más
famoso de todos sus fichajes, Jesús Cortés, el padre de la tristemente célebre
Mari Luz: 60.000 eurazos, y muy escasamente visto por su despacho.
Ha terminado con EMVISESA, la
empresa pública que en los últimos 12 años ha construido 18.000 pisos de VPO
para las familias sevillanas. Se acabaron las viviendas dignas a precio justo.
El que quiera emanciparse, que llore a un banquero, rogándole que lo desangre
para el resto de su vida.
Despidió a los monitores y
oficinistas eventuales de los Distritos de Sevilla, y ha contratado a empresas
privadas, con un ejército de leales jóvenes reclutados de las Juventudes del PP.
Ha relegado a un segundo plano a
los trabajadores públicos de Turismo, y ha desviado toda esta actividad al
Consorcio de Turismo de Sevilla, con el desembarco de un enorme séquito de “caras
nuevas” elegidas a dedo, que atestan el Edificio Laredo (su sede oficial, en la
Plaza de San Francisco).
Iba a cargarse Giralda TV, con un
monstruoso déficit. Pero no, ha hecho una limpieza política total, ha metido a
dedo a sus afines, y le ha quitado presupuesto a los trabajadores municipales
para reflotarla a la fuerza. La tentación de tener una televisión en la que te
sacan 20 veces al día inaugurando algo, o mostrando sólo tu versión de los
hechos, es tan grande…
Ha plantado una estatua gigante de
bronce de Juan Pablo II delante de la Puerta de Palos de la catedral de Sevilla,
en el corazón del centro histórico de la ciudad. Vienen ahora a mi mente nombres que tienen tan merecido ese honor, como
por ejemplo Amad Ben Basso o Ruiz Gijón (arquitectos de la Giralda), o
Almutamid (el rey poeta de la Isbilya andalusí).
Prometió que la Copa Davis en el
Estadio de la Cartuja saldría gratis a los sevillanos. Pues la broma de la
carpa de acero y los fastos tenísticos, va
ya por 60.000 €. Por cierto, la susodicha carpa que iba a engalanar un gran palacio
de los deportes, coge óxido en espera de la construcción de su pabellón.
Prometió en campaña electoral que
mantendría los presupuestos y la plantilla de los trabajadores municipales. En
diciembre, con otros 80 trabajadores mandados al paro, serán mil las vacantes
sin cubrir en el Ayuntamiento de Sevilla. Eso sí, este señor pierde la garganta
en televisión y en los periódicos prometiendo que los Servicios Públicos se van
a mantener sin perder calidad. Todos ellos, sin excepción, han sufrido sus
tremendos recortes. Bomberos sin material adecuado, la flota de vehículos para
el desguace (“inexplicablemente” pasan la ITV un año tras otro, para
desesperación de los trabajadores que tienen que sufrir la tortura de
desplazarse en ellos). Sería interesante al que corresponda, investigar por qué
desde hace décadas estas chatarras andantes pasan siempre la ITV en el Centro
de La Rinconada, sin problemas, sin correcciones, ante la incredulidad de sus
conductores.
D. Ignacio prometió fomentar el
empleo público en el Ayuntamiento. En un año, casi se han duplicado las
empresas privadas, sobre todo en Parques y Jardines y Cultura, y tiene la
desvergüenza de defender que son más baratas, cuando el Comité de Empresa está
harto de demostrar que la hemorragia de dinero público al bolsillo privado es
ya incontrolable.
Exige a los trabajadores
municipales la misma eficiencia que hace un año, pero ha recortado un 40% el
presupuesto en material y medios. El Servicio de Limpieza ha llegado a limpiar
sin lejía, y ahora mismo (ante la falta de personal) hay colegios públicos en
los que dos limpiadores tienen que atender 24 aulas. Sí, doce para cada uno,
todas las tardes. Otro ejemplo, el Servicio Eléctrico Municipal, contaba en
1992 con 30 operarios, para poco más de 200 edificios públicos. Hoy, con 314
edificios, doce electricistas hacen frente a una carga de trabajo brutal, con
la mitad de presupuesto de material.
En fin, podría tirarme horas
enunciando el sacrilegio que se está efectuando a los trabajadores públicos de
Sevilla, pero creo que esta pequeña muestra es suficiente para que el que
quiera saber, abra los ojos de una santa vez.
La próxima semana, los
trabajadores municipales, liderados por su Comité de Empresa (laborales) y su
Junta de Personal (funcionarios) “tomaremos” la Plaza Nueva, desde el miércoles
hasta el viernes, pacíficamente. Hasta aquí hemos llegado, ya está bien de
tanta humillación. Estamos más que hartos de que se nos haga responsables de la
ineptitud de este Gobierno Municipal, que chupa la sangre a los sevillanos,
para agraciar a empresarios y amigotes afines al universo de Zoido.
Ha llegado el momento de luchar,
de defender el pan de tus hijos, de dar a los sevillanos el servicio público
que se merecen… y ésa será nuestra misión: informar al pueblo de la catástrofe
a la que nos lleva este capitán que ha perdido el rumbo. Los trabajadores
públicos del Ayuntamiento de Sevilla no podemos permanecer impasibles, ante el
saqueo que se está cometiendo con lo que pertenece exclusivamente a todos los
sevillanos.