martes, 31 de diciembre de 2013

LA IRA DE JUAN DIEGO

LA IRA DE JUAN DIEGO

Ha llegado hasta mí esta entrevista que el programa de la SEXTA, "Números Rojos", realizó al actor sevillano Juan Diego, el 15 de octubre de 2013.. Es un gesto impresionante de valor, el airear públicamente el inconformismo, la rebeldía contra este sistema corrupto, máxime cuando él es un hombre que vive del espectáculo, del cine y del teatro, esas profesiones malditas para nuestro Ministro de Hacienda, el también andaluz (aunque no lo parezca por sus gestos con mi tierra) Cristóbal Montoro. 

Don Juan Diego, hombre que ya sufrió en sus carnes la dureza de la represión política de la dictadura de Franco,  tiene ahora la oratoria, la claridad de ideas y esa lengua ácida que otorga el contacto con la realidad de la calle. Sus canas, las arrugas que marcan su rostro, se hicieron esa noche más rotundas, más graves, al desnudar toda la ira que guardaba desde hacía años. El que quiera saborear una dosis de valor y de realidad, que lea detenidamente esta entrevista, porque hombres así, idealistas y comprometidos, son los únicos que pueden sacar a España del pozo en el que nos están metiendo este Gobierno ultraconservador y arrodillado ante los poderes económicos.

El actor sevillano analiza frente a la grabadora de Números Rojos las vicisitudes de esta época, la “menos humana” y “más indigna” de todas las que le ha tocado vivir. Medio siglo de sublimes interpretaciones en teatro, cine o televisión contemplan a uno de los más grandes de este país, que estos días representa “La lengua madre”, un texto de Juan José Millás, en el Teatro Español de Madrid.
Texto: David Losa.
Es de esas personas con las que te sientas a hablar y no percibes lejanía alguna. Ni por edad, ni por espacio vital, ni por las vivencias que han acompañado a la existencia de cada uno. Cuando uno se pone a charlar con Juan Diego (Bormujos, Sevilla; 1941) cuenta con la ventaja de saberse su rostro, de tener grabada su voz a fuego en la memoria de tantas películas, series, obras… Es, sin duda, una de las vacas sagradas de la actuación, pero también un ser humano que nunca ha renunciado a decir lo que pensaba, ni en los tiempos de la represión franquista ni ahora que expresa su impotencia ante un “adversario invisible”, que ataca con palabras vacías. De eso, entre otras cosas, va “La lengua madre”, el texto de Juan José Millás que se representa hasta el 10 de noviembre en el Teatro Español de Madrid.
Luchaste muchos años contra la dictadura. ¿No te parece más complicado hincarle el diente a este ‘enemigo’ tan disperso?
Sin lugar a dudas. Enfrentándote a la dictadura corrías peligro de muerte, inmediata y tangible. De hecho, cayeron compañeros en las manifestaciones. Ahora te matan de otra manera. El sistema anula las personalidades y las ideologías de una forma estudiada y sistemática. El problema es que no te das cuenta porque estás en una paranoia constante pensando en cómo sobrevivir. Pero te vas muriendo desde el momento en que te quitan la dignidad. Te llaman y te dicen pasa, miran tu currículum y te chulean, “¿con esto quieres trabajar aquí? ¿qué has hecho antes?”,  –“Pero señor, tengo 20 años”, – “¿Y qué?”. Entonces sales de allí temblando, con tu carrera y tus ‘nosecuantos’ cursos… Te anulan, y por otro lado te distraen: que si Twitter, que si el fútbol… Eres un bulto democrático, no un ciudadano.
Dices que antes salir a la calle era más peligroso, pero ¿no hacía más daño al poder?
Es verdad que ahora no escuchan, pero sirve. No hagamos caso a la falacia del señor Rajoy y su mayoría silenciosa. Salir a la calle hace que no nos durmamos, crea conciencia de que hay que pelear, de que siempre hay una esperanza contra ellos, aunque no solucione nada a corto plazo.
Y la “mala imagen exterior” que da tanta gente manifestándose en las calles…
Eso es una enorme mentira. Ya lo tienen todo hablado, cuánto vamos a pagar, cuándo… Juegan al despiste. Sale cada dos por tres De Guindos hablando como si lo supiera todo, bla, bla, bla… y te cuenta que el año que viene ya no habrá crecimiento negativo y mamarrachadas de ese tipo. Y mientras la gente se queda pensando en eso ya te la han metido por otro lado.
Eso enlaza con la “La lengua madre”, donde se alude a la perversa maraña del lenguaje…
Es que no dejan de introducir expresiones como cash flow, activos tóxicos… Yo no tengo ni puta idea de economía, pero antes con cuatro nociones de Keynes entendías el periódico. Incluso podías leer entre líneas. Todo lo que había alrededor era humanamente descifrable, no programado por ‘máquinas’ que determinan el destino de un país. Lo de ahora es la globalización de esa elite que gobierna el mundo. Están dando órdenes a sus capataces, que son los presidentes del Gobierno, los encargados de que trabajemos 14 horas, de que cobremos cada vez menos. Y de vez en cuando les preguntan “¿qué tal?”; “bien, está hecho, van entrando …”.
Veo que compartes una desafección política casi generalizada. Pero, ¿crees que es momento de no votar?
Eso es más complicado. No votar ha dado la mayoría absoluta al PP. Y, ¿cómo manejas los tiempos en que te toca vivir? La vida se pasa rapidísimo y la barbaridad que están haciendo estos, con total impunidad, es muy grande. Si no hubiese ganado el PP así habría sido más difícil para los mercados dar este golpe de Estado. Pero les hemos dado carta blanca.
¿No empezó antes ese ‘golpe de Estado’?
Claro, empezó en los años 70, cuando los bancos centrales dejaron de hacer su función y comenzaron a plegarse a los mercados. Ahí los mercados empezaron a crecerse, hasta que se hicieron con el poder absoluto de las economías nacionales. La globalización y la libertad de capitales ha precipitado todo, y cada día hay menos Estado. Parecíamos un país que iba a remontar el vuelo, con gente preparada, y nos están obligando a ser un país de camareros cultísimos, donde el que te sirve el café es licenciado y encima tiene que ocultarlo para que le den el trabajo.
Ahora que la valoración de los políticos es pésima, se tiende a destacar a los que hicieron la transición. ¿No se les ha idealizado?
Sí, la correlación de fuerzas políticas en la transición se hizo para que la izquierda no interviniese en los asuntos del país. Cuando se abre el melón democrático se produce una desideologización de los políticos. La mayoría deja de hablar de lucha de clases, de plusvalía… se entierran conceptos de la izquierda transformadora que no aparecen más, y que también van muriendo entre los ciudadanos.
Otro tema delicado es el de las identidades frustradas dentro del Estado…
Se falta al respeto continuamente en ambas direcciones, y mientras no se están cubriendo las necesidades básicas de la gente. ¿Es importante el tema? Sí, importantísimo, pero si no hay ciudadanos no hay nacionalidad. También hay mucho chovinismo, claro. Viajando se cura eso de “como Sevilla no hay ná”.

Dice Julio Anguita que un país con un 57% de paro juvenil no tiene futuro.
Con razón. Es que van directamente al matadero, sin haber empuñado el arma de la defensa ideológica, porque ya ni siquiera creen en los partidos. En nuestra época la situación era tan manifiestamente injusta que cuando te ponías enfrente te cargabas de razón. Ahora hay una mano invisible que te detiene en tu desarrollo humano y profesional. Están cometiendo uno de los mayores crímenes que se pueden hacer. Están gaseando ideológicamente a la gente.

¿En qué tienes fe?
En casi nada. En la razón, si acaso. Pero vamos, soy agnóstico de casi todo, hasta que me tocan los cojones y me hago ateo.
¿Ni siquiera en la política?
En la política en serio, no en esto que se está haciendo, que solo trae desgracias.
¿Haberte señalado ideológicamente desde joven te ha perjudicado?
Ya me lo decía mi madre, “no te metas en política”… Supongo que sí, pero otros no han hecho nada y les ha ido peor. Son decisiones que se toman y hay que ser coherentes.

¿Ha cambiado tu percepción del dinero?
En los últimos años sí, porque apareció un hijo, que ahora es adolescente, y me dije “hostia”, tú ya tienes una edad y un hijo, y hay que darle de comer, déjate de tanta bohemia.
Parece que la derecha disfruta llamando “estómagos agradecidos” a los artistas.
Ese discurso ha calado en un grupo determinado de la derecha. No hay nada en el mundo que no esté subvencionado. ¿A mí qué me enseña la Iglesia Católica más que a joderme la vida, y se le dan 3.600 millones de euros al año? Es una barbaridad que suban el IVA al 21% en los teatros y que en los toros y en el fútbol sea del 10. Pan y circo.

domingo, 29 de diciembre de 2013

¿EXPOLIO CONSENTIDO DE LA ENERGÍA?

¿EXPOLIO CONSENTIDO DE LA ENERGÍA?

“Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen”
Alfonso X El Sabio, rey de Castilla y León, (1221-1284).

En septiembre, nuestro flamante Ministro de Industria, aprobó la enésima reforma de la energía, con coros y fanfarrias, y el firme propósito de controlar racionalmente el precio de la tarifa eléctrica. A principios de diciembre, un amenazante Ministro de Hacienda, daba el campanazo, al anunciar que en los Presupuestos Generales de 2014 no se recoge partida alguna para pagar los más de 3400 millones de euros prometidos a las empresas eléctricas, para compensar el célebre “déficit tarifario”.

Fue una decisión que le iba a ahorrar al Gobierno de Don Mariano un dineral, aunque quizás, sólo quizás, pecó un poco de iluso al dar por hecho que las Compañías se iban a quedar sin cobrar. ¿Quién va a pagar el pato? Los de siempre, por supuesto: el pueblo español. Aún fue más ingenua la escena con la cara de pasmados de ambos Ministros, tirándose de los pelos, cuando en la subasta de los precios de la energía, pocos días después, encareció un 26´5% su precio, lo que implicaba una subida para enero del 11´5% del precio de la electricidad. La subida más descomunal de la historia de España… buen trabajo Sr. Soria, buen trabajo, Sr. Montoro. ¿Saben por dónde se han pasado las Eléctricas la mayoría absoluta de su partido en el Gobierno?

Justo, por donde la espalda pierde su noble nombre. Me niego a aceptar su ingenuo enfado, negándose a aceptar lo evidente, que ellas y no el omnipresente Don Mariano son las que tienen la sartén por el mango.

Ahora, con una ficticia imagen de autoridad, el enérgico Sr. Soria denuncia a las empresas que se suponían controladas, por amañar la subasta y decreta una subida sobre el 3% de la electricidad para enero. Brillante, ¿por qué no empezó por ahí? En primer lugar, una subida así sigue siendo brutal, aunque parece un caramelito comparada con la del 11´5%, claro. Después, si le quedara un poco de dignidad, dimitiría por su ineptitud, porque usted, Sr. Soria, y su amigo de filas, el Sr. Montoro, son los que han provocado este bochornoso espectáculo ante Europa. Esto no castiga la Marca España, ni la seriedad internacional de nuestro Gobierno plagado de bufones. Lo que sí que castiga la Marca España es a las familias famélicas hurgando en los contenedores de basura, o el alcalde de Marinaleda ocupando pacíficamente fincas de terratenientes y del Ministerio de Defensa, para pedir que sirvan para dar de comer al pueblo hambriento. Eso sí, ¿verdad?

El Partido Popular nunca ha ocultado su desagrado por las energías renovables. De hecho, lo primero que hizo al llegar al poder hace dos años, fue terminar con las ayudas a investigación. Alemania, por poner un ejemplo, en los últimos cinco años ha multiplicado por diez sus instalaciones de producción de energía solar. Ahora, en 2013, supera once veces la generación de energía solar que produce España. Sólo un dato: Alemania tiene de media unos 100 días anuales de cielo despejado, y Andalucía, por ejemplo, con 310 días soleados.

Otro dato, a los tres días de la bochornosa subasta, la ciclogénesis que sacudió España disparó la producción de las centrales eólicas y el precio de la energía bajó un 70%
¿Suicidio energético? No. Ineptitud, estupidez de Ministros y Presidentes sin formación suficiente. Gente sin moral que sucumbe a la codicia, ante la promesa de un sillón en los Consejos de Administración de las mismas Eléctricas que ellos demonizan, pero a las que no tienen los arrestos de apretar las tuercas. No, Don Mariano, Soria o Montoro, ustedes hacen mucho ruido, como los cántaros vacíos, pero no tienen ninguna intención de atar en corto a las Compañías, de terminar con el expolio que están endosando al pueblo español. No tienen vergüenza, ni excusa, porque gozan ustedes de la mayoría absoluta más holgada de la historia de la democracia. Usted, Don Mariano, si quisiera, si fuese valiente y pensara en el bien de su pueblo, controlaría por decreto el precio de la electricidad, como medida excepcional. Cuatro millones de familias no perciben ayuda o subsidio alguno, seis millones de parados, quince millones de personas en el umbral de la pobreza… ¿No está justificado?

Si usted, Don Mariano, fuese hombre justo, honrado y sobre todo, valiente, nacionalizaría las Compañías que no se sometieran a un precio razonable de la energía, de tiempos de crisis, para un pueblo asfixiado por la crisis.

Tal vez esté usted y sus ineptos Ministros pensando, quizá, en ese lujoso sillón que les está esperando en Gas Natural (igual que el de Felipe González) o en Endesa (igual que el de José María Aznar. Da igual si están capacitados o no, como si no saben sumar, son sillones a los servicios prestados, por consentir que España tenga el suministro de electricidad más caro de Europa… y con la tarifa sin freno.
Es lo que se llama ahora “la puerta giratoria” de los políticos, tan defendida por el Partido Popular y el PSOE (Tanto Monta, Monta Tanto). Yo tengo otros nombres menos decorosos: MAFIA, CORRUPCIÓN, VERGÜENZA, SOBORNOS, CHANTAJES…





sábado, 14 de diciembre de 2013

LA ENFERMEDAD DEL IGNORANTE

LA ENFERMEDAD DEL IGNORANTE

“La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia”
Amos Bronson Alcott (1799-1888) Filósofo de EE.UU.

En tiempos de la vieja República de Roma, lo mínimo que se exigía a uno de sus senadores era la ORATORIA, el bellísimo arte de expresar las ideas, y de responder con solvencia y convicción a las cuestiones que se le planteaban.

Si ese senador, por muy rico y poderoso que fuera, no daba la talla, era aburrido o defendía de manera impresentable sus propuestas, el resto del SENADO (incluidos sus compañeros de partido) le daban la espalda, en silencio, y permanecían así hasta que el abochornado tribuno abandonaba la sala (para siempre).

Ésta es, sencillamente, la postura que deberían adoptar los periodistas que asisten a las ruedas de prensa de nuestro aburrido e impresentable  Presidente carente de oratoria. Ya no voy a entrar en cuestiones políticas, de que sus decisiones están enterrando los derechos constitucionales que tanto costó arrancarles a los herederos del régimen del dictador Francisco Franco.

El mundo entero así, vería que la prensa, uno de los pilares fundamentales de la democracia, ha dicho “BASTA”, ha dicho “HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO”. El mundo vería que la prensa libre de este país, que usted, Señor Presidente, está convirtiendo en una república bananera, le da la espalda, en silencio… hasta que se marche de una vez. Usted ha convertido en sospechoso a todo aquél que se rebela contra su repugnante dictadura, ésa que paradójicamente le ha regalado el mismo pueblo español que le ha votado masivamente. Ese pueblo que asiste estupefacto, superado por la realidad diaria, que ve cómo usted en sólo dos años ha destrozado los derechos fundamentales que tanto dolor costó a los que se rebelaron contra otro dictador anterior a usted.

La decisión de hoy, 13 de diciembre de 2013, de seleccionar usted a quién le pregunta, conociendo previamente lo que se le va preguntar, tiene un nombre: CENSURA. Sencillamente, porque pone una mordaza a los que no piensan como usted, a los “incómodos”, esos desagradables periodistas que le hacen sudar, que consiguen ponerle nervioso y decir las paparruchadas que usted dice, entre tics de su cara. Usted, Señor Presidente, se merece de sobra que los periodistas libres de España le den la espalda. Pero esta medida no será efectiva si los que trabajan para medios de ultra derecha (no voy a citar nombres de sobra sabidos), no se giran a su paso, y participan de la pantomima de libertad de expresión que usted ejerce.

Líbrenos de su ignorancia. ¿Para qué asistir a este corralillo de comedias, en lo que se han convertido sus ruedas de prensa? Escriba usted directamente lo que quiere que se le pregunte y dele la nota a sus periodistas en nómina.


DIOS, QUÉ ASCO DE DEMOCRACIA ESTÁ USTED DEJANDO COMO HERENCIA.

domingo, 17 de noviembre de 2013

PRESTIGE. VERGÜENZA

PRESTIGE
VERGÜENZA

“La justicia es el pan del pueblo, siempre tiene hambre de ella”.
René de Chateaubriand (1768-1848) Diplomático francés.

“La absolución del culpable es la condena del juez”
Publio Siro, siglo I a.C., poeta romano.

He elegido estas dos citas, porque definen perfectamente mi estado de ánimo, y el de millones de españoles que asisten incrédulos a la pantomima de juicio, que ha dictaminado que el planeta Tierra, el mar, la vida animal y vegetal, la raza humana, y el pueblo, pierden. Y ese juez del Tribunal Superior de Xusticia de Galicia, Juan Luís Pía, ha decidido que el Gobierno de hoy, las vacas sagradas del Partido Popular de entonces, y los empresarios sin escrúpulos de siempre… ganan.

La verdad, no sé de qué me sorprendo. La Justicia está tan desprestigiada en este país en los últimos tiempos, que hasta el pueblo sediento de ella se ha cansado de exigirla. Miembros del Tribunal Supremo afiliados al Partido Popular, magistrados que no ocultan sus preferencias ideológicas en público, jueces que denuncian acoso y presiones por parte del Gobierno (Caso Noos, Caso Bárcenas, Caso Gürtell…) y no son arropados por sus colegas, indultos por parte del Gobierno que dejan en la calle a asesinos suicidas al volante, a mossos de squadra torturadores, a alcaldes corruptos… la lista de afrentas a la diosa Justicia son demasiadas ya.

La catástrofe del Prestige, que sembró de muerte negra las costas de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Francia, según la justicia gallega, sólo tuvo un responsable:
EL MAR.

Sólo dos desastres han resultado más caros en la historia de la humanidad: el accidente nuclear de Chernobyl y la explosión del transbordador espacial Columbia. La limpieza del vertido de petróleo y el sellado del buque costaron al pueblo español 12.000 millones de euros, aunque la fiscalía sólo reclamó 4.100 millones, por daños y costes directos. ¿Quién va a pagar  esa factura? Los de siempre, los que pagamos el rescate de Bankia, los que fueron estafados por las “preferentes”, los desahuciados, los parados, los apaleados por los antidisturbios cuando exigen que se cumpla la Constitución, los olvidados por la diosa Justicia… los españoles.

Este juicio hubiera servido para dar un escarmiento ejemplar a armadores asesinos, que pasean buques monocasco por nuestros mares, sin importares las consecuencias ni el daño que pueden ocasionar estas bombas de relojería. Digo “hubiera”, porque Mare Shipping, de Liberia (propietaria del Prestige), la griega Universe Maritime (contratista), la rusa Crown Resources (propietaia de la carga), y la británica The London Steamship Owner (aseguradora), se tienen que estar partiendo el pecho de risa después del veredicto de la justicia española. De los 4.100 millones reclamados, sólo les va a costar 22 millones de euros el tercer desastre medioambiental de la historia de la humanidad. Los mismos 22 millones que ingresaron en los Juzgados de la Xunta hace 11 años, al comenzar el juicio. ¿Algún iluso cree que estos desalmados se lo van a pensar la próxima vez que tengan que pasear otro buque monocasco, comido por la herrumbre, por delante de la Costa de Muerte?

Sólo una anotación. El Prestige, de 27 años de antigüedad,  fue sancionado por fallos graves de seguridad, en los puertos de Nueva York y Rotterdam en 1.999. En 2.001 fue reparado en Cantón (China), y la estimación de los astilleros de que se debían sustituir 1.000 toneladas de acero de los tanques de fuel en estado de corrosión, se quedó en sólo 282 toneladas, por exigencia de los propietarios del buque, asumiendo ellos la responsabilidad. Como guinda del pastel, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos, lo tenía vetado por fallos graves de seguridad. Sólo así es explicable que una grieta de 10 metros en el primer momento, se convirtiera en un monstruoso agujero de 37 metros en tres días, sólo por la acción  del oleaje. Ciento catorce buques atravesaron la Costa de la Muerte ese fatídico 13 de noviembre de 2002, y sólo el Prestige fue dañado por el temporal. Sabido esto, sin meterme en honduras, está clara la responsabilidad criminal de los empresarios propietarios del barco, en el desastre. Esto sin citar la maniobra de dilatación del tiempo del rescate y desobediencia a la autoridad de salvamento, por parte del capitán griego del buque, que se va air con 9 meses de cárcel ( que no va a cumplir por su avanzada edad).

Esos días, en los que la marea negra sembró de muerte las maravillosas costas gallegas, sólo hubo alguien que estuvo a la altura: el pueblo español. Los miles de voluntarios de todos los rincones de mi tierra, que acudieron en masa a retirar chapapote, con sus propias manos, los miles de marineros y mariscadoras de Galicia, que se echaron a las rías con sus chubasqueros blancos… ellos sí estuvieron a la altura, de sobra.

Lamentablemente, y últimamente sucede con demasiada frecuencia, aquel Gobierno y sus políticos, no tuvieron un comportamiento digno, ni decente. Hagamos un rápido recordatorio, ya que el pueblo español es tan dado a la amnesia. Los armadores propusieron trasvasar la carga a otro buque. Los técnicos especializados dictaminaron que la mejor opción era atracar el barco en un puerto próximo y hundirlo de forma controlada, para evitar la marea negra.

¿Qué decide nuestro Gobierno, por aquel entonces, de José María Aznar?
Alejar el Prestige de la costa. Sin más, sin escuchar a los expertos, sin tener en cuenta la dirección de las mareas ni el oleaje de diez metros de altura. El Ministro de Fomento, máximo responsable legal, y boca de la que salió la orden, pidió un informe de los técnicos al quinto día, cuando el buque estaba ya prácticamente partido en dos. Brillante, Sr. Älvarez Cascos. Por cierto, el susodicho informe lo pidió desde su cortijo, durante una cacería en el Pirineo Aragonés. No pensarían ustedes que el mayor desastre medioambiental de la historia de España le iba a privar de su afición favorita: matar bichos.

¿Qué hizo el Delegado del Gobierno en Galicia de 2002? Pues el hoy Director General de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de la Mesa, se limitó a transmitir la orden de Álvarez cascos, y se “encomendó a la divina providencia de la virgen”, como atestiguan las grabaciones de telefonía. Qué mala es la hemeroteca. ¿Esto es lo que da de sí usted? Se supone que se le exige tener los arrestos y preparación suficientes para afrontar una tragedia así. Encomendarse a la virgen siempre se le ha dado bien a los de su partido, ahí está la flamante Ministra de Trabajo, Fátima Báñez, para dar fe.

¿Qué hizo el Presidente de la Xunta, al ser informado del desastre? Pues D. Manuel Fraga Iribarne siguió pegando perdigonazos a las perdices, en un coto privado de León, durante todo el fin de semana. Repito, no serían los que me leen tan ingenuos como para pensar que 63.000 toneladas de petróleo de nada le iban a poner nervioso, ¿verdad que no? Tardó ocho días en visitar la zona afectada.

¿Qué hizo el Presidente del Gobierno? Pues José María Aznar guardó silencio sepulcral durante tres días, para minimizar después el efecto de marea negra (ahí está de nuevo la cruel hemeroteca), y visitar las zonas afectadas 31 días después. Eso es reacción rápida. Por cierto, ni se bajó del helicóptero, no puso un pie en la costa gallega, para evitar que alguien le arrojara un mejillón bien gordo a la cara (los marineros y mariscadores estaban un poco cabreados). Tampoco apareció para dar explicaciones. Hasta ahí podía llegar la broma, a tener que aguantar el chorreo de eso melenudos ecologistas.

¿Qué hizo el Vicepresidente del Gobierno? Pues Mariano Rajoy dio la cara en el Congreso en vez de su jefazo, y en una actuación bochornosa y un insultante menosprecio a los miles de voluntarios, dijo que “no es en ningún caso una marea negra, se trata sólo de manchas muy localizadas… unos pequeños hilillos como de plastilina, cuatro regueros que se han solidificado, en estiramiento vertical…”. Unas manchillas de nada, de mil cuatrocientos kilómetros de costa, desde Portugal hasta Francia.

¿Dimitió o se inculpó a alguno de estos lamentables personajes políticos de nula catadura moral? No. De hecho, alguno murió  colmado de gloria, y otros han escalado en sus carreras, tanto políticas como privadas. Es más, el más inepto de todos ellos, el bocazas de los “hilillos de plastilina”, hoy gobierna mi país.

Una oportunidad más perdida. Una ocasión perdida de asestar un sablazo de muerte  a las mafias empresariales que tratan al mar como un vertedero, y a las personas que viven de él como basura. Una advertencia a los futuros políticos españoles que piensan que se pueden cachondear del pueblo que les votó, y reírse de nuestra Constitución, sin esperar consecuencias y sin asumir responsabilidades. Todo se ha esfumado. Los ricos y poderosos han vuelto a ganar. El mar y el hombre pierden.


La diosa Justicia está más ciega, perdida, y peor considerada que nunca.

viernes, 1 de noviembre de 2013

HALLOWEEN


El que me conoce, sabe que mi pasión por la historia y sobre todo, por las tradiciones y antiguas leyendas, es superior a mí. Y heme aquí, que otro año más llegamos a esta noche del 31 de octubre, y quedamos inmersos en ese torbellino llamado Halloween y que, simplemente hurgando un poco entre los que te rodean, adviertes el desconocimiento absoluto de esta festividad, de las ancestrales tradiciones que la originaron y del repugnante negocio en el que tanto EE.UU. como Gran Bretaña y Canadá están empeñados en endosarnos.

No obstante, deberíamos tener presente que el Sanhaim, la celebración celta que fue el germen del Halloween actual, tiene más de tres mil años de antigüedad, o sea, unos mil quinientos más que la incorporación de los Reyes Magos (por ejemplo) a las festividades cristianas. Así que, como mínimo, se merece un respeto.

 Diferente es ese producto comercial, recauchutado anglosajón (tenderos como nadie) que nos están colando con vaselina. Hoy quiero alejar mi blog de mediocridad política y denuncia social, e intentar ilustrar un poco esta tradición, que cuanto más investigo, más apasionante me parece. También es verdad que mi gusto por las leyendas milenarias, perdidas en la noche de los tiempos, ayuda bastante.

El Sanhaim, “fin del verano” en lengua celta, llegó a Europa allá por el 1000 a.C., de la mano de este pueblo aguerrido venido de la zona del centro y sur de Asia. Se asentaron en el norte de España, Centro Europa, Islas Británicas y Rusia, pero donde realmente cuajaron con más fuerza las tradiciones celtas fue en Irlanda. El día 31 de octubre, se recogía todo el ganado de los prados y se guardaba en los establos, para afrontar el duro invierno. Esa noche se celebraba el Sanhaim, el fin del verano y el comienzo de la estación fría, el Año Nuevo de los celtas. Este pueblo, tremendamente supersticioso (no más que sus contemporáneos), creía firmemente que esa noche los espíritus de los difuntos podían poseer el cuerpo de los vivos y regresar a este mundo.

Era el día de la celebración de las cosechas de fruta, sobre todo la manzana. Era el día que se hacía inventario en los hórreos y despensas, para ver la provisión de víveres de cara al invierno. Era la noche en la que se sacrificaban animales, e incluso antiguamente personas, para vaticinar la próxima cosecha, bendecir a tu familia ante los dioses, protegerlos contra maldiciones y ahuyentar a los malos espíritus.

Los resucitados esa noche, vagaban por los caminos cercanos a los cementerios y los bosques, y llamaban a las puertas de las casas, exigiendo alimento, cerveza o whisky. Si la demanda no era satisfecha, la familia era maldecida, “Truco o Trato”, traducción literal del irlandés “Trick or Treat”. En recuerdo de esta tradición, los niños de hoy se disfrazan horripilantemente y visitan a sus vecinos, pidiendo golosinas.
Los antiguos celtas ensuciaban las fachadas de sus casas con sangre, cráneos y huesos de animales, para espantar a los molestos espíritus, y de aquí proviene el “tematizar” los hogares de manera siniestra en esta noche. Asimismo, la costumbre de disfrazarse a la usanza más bestial posible, es debido a que durante el Sanhaim, se prendían en las plazas de las aldeas enormes hogueras, a las que se arrojaban los restos de animales sacrificados, para apaciguar a los dioses en tan macabra noche. Las pieles, la sangre y los cráneos eran utilizados por los padres, para disfrazarse con aspecto sobrecogedor, y así presentarse como iguales ante los espíritus y ahuyentarlos. De esta guisa, las familias enteras saltaban sobre las hogueras, para redondear la fiesta.

 Cuando Roma conquista prácticamente todo el mundo celta, en el año 43 d.C., el Sanhaim es incorporado a la tradición romana, así como la Feralia (culto para honrar a los difuntos) y el festival de Pomona, celebración de la cosecha de frutos (manzana, principalmente) y la protección mágica de los árboles y los huertos. Ya en el siglo IV, con el emperador Constantino, Roma adopta el cristianismo como religión oficial y sigue impregnándose de esta fiesta pagana. En el siglo IIIV el Papa impone la celebración del Día de los Difuntos o Todos los Santos del 1 de noviembre, pero en Irlanda las autoridades pasan la mano durante siglos con las viejas tradiciones como el Sanhaim. En la isla, los más romanizados llaman a la celebración “All Hallowmas” (masa de todos los santos), pero los más tradicionalistas, celebran la noche anterior con ritos algo más civilizados y la llaman “All Hallows Eve” (víspera de todos los santos). Con la evolución de la lengua irlandesa, ha llegado a nuestros días como Halloween.

Esa misma noche, también se celebraba en ámbitos más íntimos el “Sabbath” (Noche de las Brujas), que en el mundo celta no eran consideradas tan siniestras como en el cristiano. De hecho, bruja en inglés se dice “witch”, que procede del sajón “wicca” (que no significa precisamente bruja, sino sabia). Eran mujeres tremendamente respetadas en el mundo celta. Curioso, como mínimo, ¿no? Con el catolicismo, llega el recelo hacia las “sabias”, y el 5 de diciembre de 1484, el Papa Inocencio VIII ordena en su bula Summis Desiderantis Affectibus, la persecución, tortura y muerte (horca o preferiblemente hoguera) de toda acusada de brujería. La Inquisición empezó su negra historia, pero fue curiosamente en los países protestantes donde se golpeó con más fuerza a estas mujeres, la gran mayoría acusadas injustamente. Relevante es el juicio de Liguria (Italia), en el que la noche de Halloween se ajusticiaron más de 400 mujeres en la hoguera, acusadas de brujería. Aunque con muchas menos víctimas, pero más mediatizado por el cine, el juicio de las brujas de Salem agrandó la leyenda negra. Estas escabrosas coincidencias de fechas, comenzaron a crear la atmósfera de terror y superstición cristiana que rodea esta festividad.

Desde la Edad Media y hasta hace relativamente poco tiempo, en noche tan señalada, se martirizaban en el fuego gatos negros (bajo sospecha de ser brujas transformadas) y sapos (usados en su supuestas pócimas diabólicas), para crear atmósfera siniestra, vamos.

A principios del siglo XIX, la Gran Hambruna Irlandesa empujó a centenares de miles de personas a emigrar a EE.UU. y Canadá, y es cuando Halloween entra las tradiciones norteamericanas. Minnesota, estado muy poblado por emigrantes irlandeses, se realizó el primer desfile de Halloween en tierras americanas. Pero es definitivamente la hegemonía del cine estadounidense de terror (“La noche de Halloween”, de John Carpenter, 1978), el que propaga esta morbosa festividad por el país, y la devuelve a Europa y Sudamérica, convertida en este gazpacho terrorífico-carnavalero-comercial que poco a poco se ha metido en nuestras vidas. Para acrecentar la leyenda negra de esta fiesta, nada mejor que un empujoncito.

 En la primera mitad del siglo XX, el temible y despiadado Ku Klux Klan, adoptó Halloween para interpretarlo a su retorcido estilo, llamándolo “Mischief Night” (Noche Traviesa), en la que realizaban salvajes matanzas de ciudadanos de raza negra, amarilla o india, o torturas públicas de cualquiera que se pusiera tiro…con la total permisividad de las autoridades. Vaya travesuras, ¿eh? A ver, cada uno respeta las tradiciones como le place.

Para poner un tono de humor entre tanta salvajada, voy a contar de dónde procede esa costumbre de ahuecar calabazas y dotarlas de ese siniestro aspecto. La susodicha calabaza se llama en irlandés “Jack-o-lantern” y obedece a la leyenda del siglo XVIII, de Jack el borracho, jugador y holgazán. En la festividad de Halloween, molestaba a sus vecinos exigiendo comida y whisky, bajo amenaza de terribles maldiciones, aderezadas con su fama de desquiciado (en la supersticiosa Irlanda, traía muy mala suerte matar a un loco).

El mismísimo Diablo, celoso de su celebridad y ataviado con aspecto humano, lo encontró en una taberna y confesó su intención de llevárselo al infierno, pero el astuto Jack le retó a que se convirtiera en una moneda de plata, para poder pagar su deuda con el tabernero. La soberbia de Satanás le perdió, pues Jack cogió la diabólica moneda de la mesa y se la metió en un bolsillo, envuelta en un crucifijo. Trampa mortal. El Diablo sólo pudo escapar de su prisión, cuando prometió al borracho inmunidad por un año. En incontables ocasiones, Lucifer intentó llevarse sin éxito al sagaz Jack, pero éste siempre se burlaba de él, y de paso conseguía un año  tras otro seguir torturando a los irlandeses con sus excesos.

Finalmente, la muerte le sobrevino y Jack no fue acogido ni en el Cielo (obviamente), pero tampoco en el Infierno. Eso sí, de paso se trajo una terrible maldición del Diablo en persona, condenado a vagar por el mundo hasta el Día del Juicio Final, arrastrando su miserable cuerpo y portando una linterna (un nabo ahuecado) por los senderos y bosques de Irlanda en las tenebrosas noches de Halloween. Lo sé, lo sé, en Irlanda las linternas se hacían con nabos, pero los primeros colonos irlandeses  trajeron más tarde la calabaza de América y la adoptaron para la tradición. Lo del rostro terrible esculpido, es la cara burlona y siniestra del inmortal Jack, atormentado por los siglos de penitencia. Para los anglosajones, las Jack-o-lantern son ahuyentadoras de espíritus, marcando las casas como lugares bajo la protección del desdichado fantasma irlandés.

Lo de pedir dulces por las puertas de los vecinos, es una costumbre relativamente nueva, de 1930, aunque se remonta a la tradición europea del “souling” (siglo IX) de ofrecer en la festividad del día 2 de noviembre (Día de los Fieles Difuntos) pan de bizcocho con uvas pasas (“soul cakes” o pastel de difuntos) a los pobres. Éstos regalaban a las familias, agradecidos, oraciones por sus muertos. A principios del siglo XX, ante la barbarie en la que se había convertido el Halloween estadounidense, las autoridades adoptaron el “souling” para la noche del 31 de octubre, para contrarrestarla. En los años treinta, se fomentó entre las familias, el acompañar a tus hijos a pedir dulces, para erradicar los desmanes de décadas anteriores.

También es famosa la tradición anglosajona de “Bobbing for apples” (Morder la Manzana). Meter la cabeza familias enteras en enormes barriles llenos de agua, en los que flotan manzanas. La tradición celta aseguraba que el primero o primera en morder una y sacarla del agua, sería el primero en casarse al año siguiente. Las manzanas, muy ligadas a esta fiesta irlandesa, se toman esta noche envueltas en caramelo, un caro manjar de dioses de hace unos siglos (por el precio del azúcar), sólo reservado para tus hijos en  el Año Nuevo de los antiguos celtas.

Bien, creo que esto es lo esencial de esta peculiar fiesta que se nos ha colado en nuestras vidas, y que cada cual adoptará a partir de ahora a su manera. Los norteamericanos e ingleses la viven como una orgía consumista de terror cinematográfico y de negocio desbordado. Los sudamericanos le dan un carácter más profundo y mágico, mezclado con sus antiguas tradiciones indias y de esclavos africanos traídos por portugueses y españoles. Y nosotros, sabe Dios, en qué la habremos convertido dentro de medio siglo. Un servidor, acaparador empedernido de alegría, de vida y de felicidad, la acoge como una oportunidad más de pasar una noche inolvidable, rodeado de tu familia y tus amigos. Una noche en la que uno se ríe de la muerte y la superstición, y se disfraza de monstruo o monje siniestro, en un satírico carnaval tenebroso. Una noche, en la que para tus adentros, entre risas y buena compañía, recuerdas a los que ya no están. Por mucho menos, hace dos siglos nos hubiera dado el bueno de nuestro Fernando VII El Deseado, garrote vil, tortura y un repaso de fuego lento.

Espero haber satisfecho la curiosidad del que quería conocer el origen de Halloween, su tradición y sus símbolos. Hay mucho más de lo que la fría industria comercial estadounidense quiere vendernos, un universo de leyendas que se remontan a los albores del mundo, de cuando Europa era joven y muy, muy bestia para sus ritos. En diciembre, publicaré un artículo contando la verdadera historia de la tradición de los Reyes Magos, de Santa Claus, y del producto comercial llamado Papá Noel, que al igual que éste, no va a dejar a nadie indiferente.


Hay que ver lo que ha cambiado el mundo.

Quiero dedicar este artículo, a mi entrañable amigo Juan Carlos, que desde hacía tiempo me animaba a difundir las tradiciones y leyendas irlandesas en torno a Halloween, para dotar de un sentido histórico y literario a esta festividad que el empresariado anglosajón ha convertido, tristemente, en un negocio... "su negocio".

lunes, 21 de octubre de 2013

CRISTINA, CRISTINA

CRISTINA, CRISTINA

“Es preferible permanecer callada y parecer tonta, que abrir la boca y despejar las dudas”
Groucho Marx, humorista y escritor de EE.UU. (1890-1977)


Hay que ver, Cristina, la que has liado. Esta noche te cedo mi espacio, porque te lo has ganado a pulso, y eso que la actualidad está que hierve, con Doctrinas Parrot, Merkel y corruptelas de por medio. Pero aquí estás, llamando poderosamente mi atención.

Te quedaste a gusto en ese acto público del Partido Popular de Valencia. Y digo yo… ¿Era necesario faltar al respeto a más de 9 millones de andaluces, para provocar la carcajada fácil al respetable? Yo, que he visto el vídeo varias veces (porque no me lo creía) no puedo imaginar que todos los presentes te rieran la gracia, sencillamente, porque no la tiene, y segundo, porque cualquier persona con dos dedos de frente hubiera imaginado la que ibas a liar.

Sólo es un agravio más, un insulto más a mi tierra, otra bravuconada gratuita sin venir a cuento, “una inocente salida de tono” para los medios de derechas que te echan un capote (no hay que olvidar que estabas en un acto del PP).  “Andalucía, tierra pisada por el caballo de un gran señor…”, qué grande aquel Pepe Suero, cómo clavar tres mil años de historia en cuatro estrofas.

Pues bien, tengo ganas locas de decirte tres barbaridades, pero te voy a demostrar que para expresar que para defender tu tierra, no hace falta mancillar a otra. Primero, quería comentarte que lógicamente no eras consciente de las pamplinas que ibas a soltar por esa boca, eufórica por encontrarte entre los tuyos (los del PP), no los valencianos. Porque si se escucha tu lamentable discurso entero, uno se da cuenta de que estás insultando a Andalucía, por ser una comunidad autónoma que está plantando cara todos los días a las salvajadas sociales que hacen los del partido que tanto te gusta.

Tampoco acierto a comprender cómo tú, mujer supuestamente inteligente, pones en esta encrucijada a tu hijo y a tu marido, andaluz por muy poco que te guste. Como mínimo has puesto a ambos en una situación incómoda, a uno en su colegio (si se cruza con un sureño), y al otro en casa de sus padres, hermanos y amigos, cuando regrese a su tierra por vacaciones. Aquí has demostrado muy poquitas luces, como dicen en mi tierra, ésa que tanto asco te da.

Y podría caer en la rabia, dejarme llevar por la ira y empezar a despotricar sobre tu tierra, o caer en absurdas comparaciones, pero no, tengo mucha más clase que tú. Yo, y cualquier andaluz que soportamos a diario la soberbia de los señoritos de más arriba de Despeñaperros, que nos han pisoteado y nos han prostituido durante siglos, estamos por encima de eso.
Esta tierra siempre ha sido hospitalaria, respetuosa, y ha ofrecido una sonrisa al que “ha dejado el pesado equipaje de los prejuicios” cuando nos ha visitado. Pero no te equivoques, querida Cristina, suponía que tantos años al lado de un andaluz te impregnaría algo de nuestra esencia…pero veo que no. Los andaluces llevamos tantos siglos tragando afrentas, que nos lo tomamos todo a guasa, pero nunca, jamás olvidamos. También sabemos morder, y duro, cuando se nos suelta un poco la correa de castigo.

Tú has tenido tu bochornoso minutito de gloria, aplaudida por los Camps, Fabra, Barberá, y demás personajes honorables de la “Cosa Nostra” Valenciana. Yo soy más del pueblo, estoy seguro de que chocaríamos mucho, en educación seguro. ¿Te suenan Juan Ramón Jiménez, Lorca, Góngora, Alberti, Cernuda, Villalón, Gala…? Son andaluces, como yo, como tu marido, ese pobre al que echado a los lobos, ante sus paisanos que desde ayer no te pueden ni ver.
Y te digo otra cosa. Cuando entras en comparaciones (odiosas) entre tu región y la mía, cosa que yo jamás haría, tengo claro que has visto muy poco de la tierra que me vio nacer. Su sabiduría, forjada por civilizaciones diferentes que se enamoraron de este confín del mundo conocido, me dotó de este maravilloso acento que al resto del planeta (menos a ti) agrada y de una cultura tan vasta como su historia. Ten más luces la próxima vez que abras esa boca sobredimensionada de colágeno, y no sigas el ejemplo de gente tan indeseable como Artur Mas, Puigcercós, Cela y tantos otros señoritos de la antigua escuela. Ellos, al igual que tú, buscaron la carcajada fácil, insultando una vez más a mi tierra, y salieron trasquilados y sin lana.
Espero, ya que tanto asco te provoca lo andaluz, que este verano no te dejes caer por esa paradisíaca playa de Zahara de los Atunes, que tanto te gusta. Ni éste, ni ningún otro, al menos hasta que pidas perdón y muestres más respeto. Espero que tampoco te dejes ver por la Semana Santa de Sevilla o de Málaga, a pavonearte con los de tu clase social y política. Tampoco espero verte a caballo por las arenas de Doñana, camino del Rocío, o visitando alguna de las maravillas naturales, culturales o monumentales que atesora mi tierra del sur. No es una amenaza, no me malinterpretes, te hago un favor y te evito un rato incómodo. Como te he dicho, muchos andaluces, muchísimos, perdonamos pero no olvidamos.

No envidio en nada el papelón que le has dejado a tu marido. Tiene que estar el pobre tragando sangre. Lo siento, pero te has lucido. En fin, ya lo tienes crudo visitar de nuevo el paraíso que te aguardaba al sur de Sierra Morena, pero tienes carnaza para vivir una temporada más en el repugnante “Sálvame” o el programa de Ana Rosa Quintana. Por cierto, ya que estamos, desde aquí pido, como andaluz, el boicot total a la cadena que sustenta a esta periodista impresentable, hasta que la cesen o pida perdón públicamente a los andaluces. Y por tener la lengua muy larga, la falda muy corta y mucha soberbia, también.


Confirmado. El Botox, en exceso, se desparrama de los labios a la masa gris y provoca “guarrerías españolas” en el cerebro. Más de 195.000 visitas a tu video en You Tube en 16 horas, 2.294 desaprobaciones contra 77 aprobaciones, y 1.446 comentarios (mejor no los leas, has cabreado a tanta gente…) son todo un récord. Ya tienes tu momento de gloria, te has bañado en ella, querida Cristina. Pero haznos un favor a los andaluces: olvídanos para siempre e intenta arreglar las cosas en tu casa, porque tienes mucho trabajo pendiente con tu marido, y con ese niño que tristemente va a mamar el odio a mi tierra, por los prejuicios políticos de su madre. No sabe lo que se va perder.

sábado, 12 de octubre de 2013

"LA VIDA ES UN REGALO", EN TU HONOR, MARÍA.

“LA VIDA ES UN REGALO”, EN TU HONOR, MARÍA.
Así se titulaba el libro que iba a presentar en sociedad el próximo lunes. Desgraciadamente, la muerte ha vencido, una vez más. Estaba enojada con ella, ya se le escapó en ese tremendo accidente de hace un año, que la dejó marcada de cicatrices de por vida y se quedó su ojo derecho…y ahora se ha cobrado su osadía.

“La vida es un regalo”. Toda una declaración de intenciones, ella era así, una luchadora. Se repuso al dolor, a las secuelas y resucitó. Enderezó de nuevo su vida, empezó a tener su propio espacio, de la mano de Antonio Lobato, en las retransmisiones de Fórmula 1. Ésa fue su pasión, su sueño cumplido, fichar por un equipo de Fórmula 1, hacer historia como la primera mujer piloto en llegar a la primera división del automovilismo, a ese territorio vedado sólo para hombres.

Su vida fue sacrificio, superación, deporte con mayúsculas, todo un ejemplo a seguir. Alternaba su trabajo con conferencias sobre autoestima, enseñando a personas que han sufrido como ella, a salir del pozo de la desesperación.

Hoy mi blog es para ti, querida María de Villota. La muerte se te llevó sin avisar, se cobró su cruel tributo, pero jamás podrá arrebatarte la gloria reservada a los héroes, a los valientes, a los que dejan su huella en el corazón del pueblo. Ella era guapa, por dentro y por fuera, y así permanecerá en el recuerdo de los que la admirábamos.

Hasta siempre, querida María. MUJER con mayúsculas.