EL
TRAGALDABAS Y LA MELOSA
Entre
curioso y lamentable, ése es el balance del patético debate del día de ayer,
entre el Ministro Cañete y Elena Valenciano. Curioso, porque lo más comentado
del mismo ha sido el comentario machista del botarate tragaldabas, referido a
su oponente. “El debate con una mujer es complicado, porque si el hombre
demuestra superioridad intelectual o la que sea, y la acorrala, da una
impresión machista ante una mujer indefensa”- esto dijo el sobrado Ministro, y
se quedó tan pancho.
Tiene
usted suerte, Don Miguel, de ejercer en España, porque si esta soberana
estupidez la airea usted en Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, Suiza,
Francia o algún otro país civilizado, se acabó su prescindible carrera
política. Lástima, tendremos que seguir aguantando sus gansadas. Máxime, cuando
al entender de la gran mayoría, Doña Elena (que no es santa de mi devoción,
ojo) le dio una paliza descomunal. Ella al menos, no terminó con la nariz llena
de tinta el debate, porque lo que es usted, cada vez que dejaba de leer, se
atrancaba y hacía más tics que su
jefe Don Mariano, que ya es complicado.
Y
para colmo, al día siguiente, cuando redondea la faena con esa salida de tono,
que manda el trabajo de sus asesores directo a la cloaca. La primera vez que
abre esa bocaza sin leer, lía la de Dios. Tarde, creo, ha recordado que las
mujeres votan en España desde hace más de treinta años… y eso espero, que
cuando estén delante de la urna, todas recuerden lo que usted y muchos machotes
de su partido piensan de ellas. Si ya no se lleva, hombre, el perfil de
castigador ibérico está más pasado ya que los pantalones de campana y todavía
no se ha enterado. ¿No os parece patético, que lo más comentado del debate de ayer, sea la gilipollez que ha dicho Don Miguel el día siguiente, herido en su orgullo por una mujer inferior?
No
obstante, pese a no disponer del tiempo que me gustaría para atender mi blog,
me he lanzado a escribir, porque creo que la ocasión lo merece. Primero, porque
el debate de ayer me pareció patético, lamentable, soez y desvergonzado para
con los sufridos ciudadanos que pagamos sus jugosas nóminas. Sólo una hora
antes, se retransmitió otro para toda Europa, en Bruselas, en el que contendían
los cinco candidatos que se van a dar de leches por trincar la Presidencia de
la Unión Europea. Y ése sí que tuvo miga, al no estar tan encorsetado como el
de ustedes dos, que pactaron hasta las gotas de sudor que debían resbalar por
sus impolutas frentes. Los cinco candidatos se atacaron con respeto, pero sin
piedad, y abordaron sin complejos todos los problemas que preocupan a los
europeos. Fue un ejercicio de política en estado puro, algo de lo que estamos
faltos por nuestros lares.
Y
por cierto, ¿saben cuánto tardó en aparecer el nombre de España en el euro
debate? Trece minutos… y no salimos muy bien parados, la verdad. A pesar de que
nuestros bizarros gobernantes dicen que España es el ejemplo a seguir por los
europeos en esto de la crisis, fuimos precisamente el icono de la corrupción,
el derroche, la mala gestión y la desigualdad entre pobres y ricos. Una visión
un poco diferente a la que nos acostumbra nuestro Presidente bufón de
banqueros.
Esto
es lo que tan machaconamente nos martillea nuestro Gobierno y su caverna
mediática en la prensa, la radio y la televisión. Que ya hemos tocado fondo y
salimos del pozo. Pero lo triste, es que estos dos impresentables, Don Miguel y
Doña Elena, se presentan a unas elecciones europeas y no se habló de Europa. No
se habló de la equiparación de los trabajadores españoles con los de sus
vecinos del norte. No se habló de cómo se va a gestionar el dinero que Bruselas
va a invertir en empleo juvenil. No se habló de la CORRUPCIÓN, ni de los ERE,
ni de un fantasma llamado Bárcenas, ni de la financiación ilegal del Partido
del Gobierno, ni de la Gürtel, ni de cómo se va a erradicar de una vez por
todas este cáncer de la Democracia. Porque, no nos engañemos, sólo la entrada
en escena de un partido político ajeno al PP o al PSOE puede obligarles a
endurecer las leyes para con los amantes del dinero público, a dotar de medios a la policía anticorrupción, y a terminar con la carrera política del corrupto de por vida.
Eso
fue, sobre todo, lo que eché en falta en ese debate. Que no estuviera por allí
un Willy Meyer, o un Pablo Iglesias o un Javier Nart, para apretarles bien las
tuercas a Miguel el Tragaldabas y a Elena la Melosa. Es lo que tiene el
bipartidismo, que ellos se lo guisan, se lo cortan y se lo comen…y no están
dispuestos a soltar el mango de la sartén. Pero que no se equivoquen. La
ignorancia, la desidia, el hastío de la aborregada población es lo que les
permite controlar la cocina. Así que,
españoles, ha llegado la hora de que de una puñetera vez despertéis de ese
plácido sueño del zángano y seáis dueños de vuestro destino. No basta con no
votar a estos dos palurdos del PP-PSOE, no. Hay que obligarles a que dejen paso
a nueva savia, a los jóvenes capaces, que traigan ilusión por cambiar las
cosas. Pero es imposible, indecente e inmoral, seguir manteniendo a esta casta
de mafiosos vendidos a mega empresarios y banqueros.
A
ver cuándo os enteráis de que el pueblo, en masa, con su voto, es el único que
puede destronar a estos nuevos nobles medievales, que se llenan la boca de
democracia, mientras tratan a su pueblo como a siervos, en vez de ciudadanos.
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