lunes, 13 de agosto de 2012

EL FIN DEL PARAÍSO (I)


EL FIN DEL PARAÍSO (I)

Teníamos el paraíso delante de nuestros ojos y no nos habíamos enterado. Valdevaqueros, El Palmar, Zahara de los Atunes, Bolonia, Cortadura, Monsul, Cala de los Muertos…Andalucía atesora las últimas y más hermosas playas del sur de Europa y, aunque pensábamos que seguirían así por siempre, están en peligro.

Una ominosa amenaza se cierne sobre ellas, para transformarlas en otra abominación como Benidorm, o Marbella, Torremolinos, Estepona, Marina D´or y tantos otros ejemplos de monstruosas colmenas de hormigón, que han arruinado para siempre lo que antaño fueron playas paradisíacas.
Esa amenaza, hecha tristemente ya realidad,  se llama “Anteproyecto de modificación de la Ley de Costas 22-1988”, elaborado por el ministro Arias Cañete, y que fue aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 17 de julio. ¿Qué supone en la práctica esta salvajada legal para nuestras playas vírgenes?

Primero, supone el indulto a aquellas propiedades edificadas en Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT), con una ampliación de sus concesiones a 75 años y la posibilidad de su compreventa. En el artículo 2 de la Reforma, se amplía con una prórroga extraordinaria las concesiones existentes, que expiraban en 2018, hasta dentro de ¾ de siglo. El otorgamiento de esta prórroga queda ahora en manos de los órganos medioambientales de las Comunidades Autónomas, casualmente, todas en manos del PP, excepto Andalucía, Cataluña y Asturias.

Greenpeace, Ecologistas en Acción, ADENA y otras 150 organizaciones han firmado un manifiesto en el que denuncian esta Reforma, como “la antesala de la privatización del litoral público español”. Recriminando también las palabras de Soraya Sáenz de Santamaría, del “aumento de seguridad jurídica a nuestras costas”, el efecto va a ser exactamente el opuesto. La avalancha de reclamaciones por indemnización de los encausados por la ley anterior, y los expedientes se dilatarán muchos años, por la enorme cantidad de excepciones, causas, y diferentes tratamientos que la nueva ley contempla. Incluso ahora, el Estado tendrá que hacer frente a los daños causados a establecimientos privados, por efectos de la previsible subida del mar, debido al cambio climático.

Todas estas reflexiones de Ecologistas en Acción, así como el articulado íntegro de la nueva Modificación de la Ley de Costas 22-1988, lo podéis encontrar en este enlace: http://www.ecologistasenaccion.org/rubrique366.html

La misma especulación urbanística que nos ha metido en esta crisis, el sacrificio del DPMT a las grandes corporaciones (la mayoría extranjeras), significará la privatización efectiva de nuestras últimas costas vírgenes españolas, para enriquecer a banqueros, megaempresarios, y políticos corruptos.

No hemos aprendido nada. Este Gobierno en manos de la Banca, pretende sacarnos de esta crisis, practicando la misma política que nos llevó a la hecatombe. Eso sí, sus miembros, amigos acaudalados y demás morralla corrupta se forrarán a lo bestia, y encima, todo será “legal” con su repugnante nueva Reforma.

Un ejemplo. El polémico Hotel Algarrobico, esa monstruosa construcción de 18 plantas de hormigón, dentro del DPMT de una cala de un precioso parque natural, iba a ser derribada antes de fin de año. Ahora, con la nueva Reforma bajo el brazo, los propietarios han reclamado, y cuentan con el apoyo de los alcaldes de los pueblos colindantes…curiosamente, todos del PP. La fecha de demolición se ha prorrogado.




Otro ejemplo. La Diputación Foral de Bizcaia ha comenzado a tramitar los permisos para la ampliación del Guggenheim, en los acantilados boscosos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Hasta  ahora, sólo la oposición del Gobierno Vasco ha paralizado esta bestialidad urbanística en el litoral público. Veremos qué pasa si en las próximas elecciones autonómicas da la vuelta la tortilla. Es muy posible que otro paraíso enmudezca ante el hormigón, el acero y el titanio.



Un último ejemplo. Ferrán Adriá convirtió su restaurante El Bulli en fundación, para así poder ampliarlo dentro de la zona de especial protección del Parque Natural del Cabo de Creus. Según el Plan Especial del Parque, sólo podría aumentar en un 20%, pero con las normas de la nueva Reforma, podría edificar hasta un 50% más de superficie. Nuevamente, miles de metros cuadrados de una cala pública, sacrificada para atiborrar de euros los bolsillos de un empresario avaricioso y de algún politiquillo corrupto, que va a cenar gratis en El Bulli toda su vida.

Aquí termina esta primera entrega. En el próximo capítulo, ilustraremos la monstruosidad que se quiere cometer con paraísos de Cádiz, como Valdevaqueros o El Palmar. No podemos permitir que esas playas, esa inmensidad de arenas vírgenes y aguas cristalinas sean sólo un vago recuerdo de los que pudimos disfrutar de su belleza.

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