miércoles, 22 de agosto de 2012


EL FIN DEL PARAÍSO (II)

“El megaproyecto contará con 1423 plazas hoteleras y 350 viviendas, más dos campos de golf, aunque la densidad será de construcción baja”, decía el “honorable” e “incorruptible” alcalde de Tarifa, el pasado 29 de mayo de 2012. Los votos de sus 7 concejales del Partido Popular, más los dos del Partido Andalucista, le daban la puntilla a una de las últimas playas vírgenes de la provincia de Cádiz, la paradisíaca Valdevaqueros.

Por supuesto, se le han echado encima Greenpeace, Ecologistas en Acción, Equo, la Plataforma “Salvemos Valdevaqueros”, y los miles de amantes de esas maravillosas aguas de color turquesa, sus impresionantes dunas, sus majestuosos bosques que bajan por los acantilados que abrazan al mar, y las orgullosas ruinas de Baelo Claudia, la que suministró el preciado “garum” a los más exquisitos paladares de la nobleza romana durante siglos.

Todo eso, va a ser historia. Se ha consumado. Setecientos mil metros cuadrados (cosa de nada), van a sucumbir a la especulación urbanística (la misma que nos ha metido en esta crisis), a la corruptela de alcaldes y concejales untados con el pecaminoso dinero de inmobiliarias sin el más mínimo respeto por un paisaje que ha permanecido inalterable durante 2000 años.

Repugnante, nauseabundo, no hemos aprendido nada. Tarifa no tiene otro modo de dar trabajo con futuro a sus vecinos, si no es de chachas y camareros que hagan las camas y sirvan las mesas de los señoritos que vengan de Madrid, a recordarnos eternamente cuál es nuestro sitio en esta puñetera España de pandereta, mantilla y capote. Qué asco, Dios.

Poco le importa al “señor” Gil García, el “incorruptible” (repito) alcalde de Tarifa, que su monstruosidad de cemento, hormigón y campos de golf para ricos, vaya a quedar encapsulada entre el Parque Natural de Alcornocales, y la Reserva Red Natura 2000 de la Unión Europea. Ya se ha pronunciado ésta última afirmando que es un “atentado contra una playa única, junto a su vecina Bolonia, por sus aguas cristalinas, su fauna marina, su importancia arqueológica y su orografía de gigantescas dunas de arena móviles”. ¿Ven mis lectores esas frondosas colinas que derraman su espectacular vegetación tras las majestuosas columnas de Baelo Claudia? Pues guárdenla en la memoria. Dentro de un par de años, justo allí, habrá un hotelazo brutal y señoritos adinerados, jugando al golf en una de las más hermosas playas de Europa.


No, “señor” Gil García, si realmente quiere usted crear empleo digno en su “querida” Tarifa, destine esos dineros a fomentar los discretos hoteles familiares, campings, restaurantes, ventas y bares que durante tantos años han tratado maravillosamente a ese turismo que usted ha insultado llamándolo “pobre”.

Fomente usted la actividad empresarial con subvenciones a sus conciudadanos, para emprender turismo rural, campings, rutas culturales, de senderismo, de actividades acuáticas en este paraíso que el destino ha querido tristemente poner en sus manos. No se escude en el paro de sus vecinos, para arrebatarles lo que precisamente hace a Valdevaqueros diferente, no tenga la mente tan sucia y su lengua tan bífida, porque hay otra manera de desarrollar estos parajes, sin arrasarlos para que usted y sus corruptos concejales se hagan ricos. Da asco su actitud, azuzando a los parados contra los que defendemos la maravilla que es Tarifa, y que usted y sus secuaces quieren convertir en otro deshumanizado y repugnante Benidorm.

 Autónomos, emprendedores y empresarios tarifeños, NO. Chachas y camareros esclavizados tarifeños, SÍ.

También se le ha olvidado mencionar a sus vecinos y a los medios, “señor” Gil García, que este megaproyecto de Valdevaqueros, no es más que el comienzo de una aberración urbanística que se consumó también ese fatídico 29 de mayo. Doce mil plazas hoteleras y tres mil cuatrocientas viviendas es lo que viene detrás de esta salvajada ecológica, para los próximos diez años. Usted y sus concejales se van a hacer asquerosamente ricos, los empresarios inmobiliarios “agraciados” más, muchísimo más.

El Palmar, otra maravilla de la naturaleza en la costa de Cádiz, está condenada a muerte por hormigón. La Plataforma Contra el Macroproyecto Hotelero en El Palmar (PELP) ya cuenta con más 70.000 adhesiones, y han declarado la guerra a Antonio Verdú (PSOE), el alcalde de Vejer de la Frontera, que llamó a los turistas de estas aguas “turismo de bocadillo de mortadela”. Es curioso que, mientras en el congreso se dan cuchilladas PP y PSOE, les falta tiempo para ponerse de acuerdo en ayuntamientos como Tarifa o Vejer de la  Frontera, donde los dos partidos han apadrinado sendos atentados terroristas contra los tesoros andaluces de Valdevaqueros y el Palmar.

Por cierto, la empresa constructora del futuro El Palmar Gran Resort, Chival Promociones Inmobiliarias, ya ha depositado en el ayuntamiento del Sr. Verdú 180.000 e de depósito. Su gerente es un conocido empresario sevillano, Juan Muñoz, marido de Ana Rosa Quintana, e imputado en un caso de cohecho, en el Juzgado Nº 2 de santa Fe. Hay que recordar que el Caso Alhendín, otro escándalo de corrupción urbanística, costó el puesto al alcalde y al concejal de urbanismo (PP). Malos presagios.

Nuevamente asistimos a la demonización (por parte de los alcaldes) de los que defendemos estos tesoros de loa naturaleza, que somos muchos,  miles. Nuevamente, azuzan (como si fueran perros de presa) a los parados de sus municipios contra los que protestan contra la “corrupción del ladrillo y el cemento”.

Nuevamente, desvían la atención de su incompetencia ante la crisis, para presentar la destrucción de nuestras playas como la única solución a su miseria. Ojalá la avaricia de estos políticos se les vuelva en contra y les cueste sus lujosos sillones. Esto sucederá cuando sus ciudadanos exijan el mismo trato que se les otorga a los empresarios que les llenan los bolsillos a sus alcaldes.
Está en nuestras manos. ¿Tú qué prefieres? El Palmar en 2012?

 ¿O prefieres El Palmar en 2014?



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