EL
SUEÑO DE LA ATLÁNTIDA
Hace
mucho, mucho tiempo que se lo debía. Idealistas como él, como yo, son los que
han enderezado la historia del mundo… y no es falsa modestia, es que
sinceramente, creo que este país en el que me ha tocado nacer, necesita más que
nunca un poco de idealismo, de utopía, de sueños convertidos en realidad.
Mi
artículo de esta noche noctámbula, está dedicado a mi buen amigo Dani (ese
encantador loco trianero, buscador de
ectoplasmas, y amante de la vida). Él me puso sobre aviso hace poco más de un
mes y yo, ingenuo de mí, no di crédito. El día 3 de julio de 2013, a las 21:30 horas, el canal de televisión
National Geographic estrenó un documental espectacular. Se titulaba “En busca
de la Atlántida”.
No
era uno más de esos documentales de relleno. La diferencia, esta vez, era que
Richard Freund, arqueólogo de la Universidad de Hartford de Connecticut
(EE.UU.) pregonaba haber encontrado pruebas concluyentes del descubrimiento de
la metrópoli mitológica, en las marismas de Hinojos, en el Parque Nacional de
Doñana, Huelva, Andalucía, España. No sólo eran palabras vanas, venían apoyadas
con los estudios del físico alemán
Rainer W. Khüne, experto en arqueología topográfica por satélite. El CSIC
español, espoleado por estos científicos, lideró una investigación en 2004, con
gente prestigiosa como Claudio Lozano o Juan Antonio Morales,
arqueólogo-historiador y geólogo-geógrafo de la Universidad de Huelva,
respectivamente. Digo esto, porque no es una teoría más sobre la quimera de
Atlantis… jamás en la historia de la humanidad, se había estado tan cerca de
encontrar pruebas de restos arqueológicos, que confirmaran los escritos de
“Timeo y Critias” de Platón. De hecho, los que suscribieron esa investigación,
están convencidos de que lo que han descubierto en las marismas andaluzas y el
fondo marino de la Bahía de Cádiz, es Tharsis, Tartessos y muy probablemente…
la Atlántida. O el reflejo mitológico de ella, de haber existido, claro.
La
cuestión es…las prospecciones comienzan en 2004. Las conclusiones,
absolutamente esperanzadoras se firman en 2009, y el documental no se estrena
en National Geographic Channel hasta julio de 2013. Nueve años, para levantar
la voz, para gritar a los cuatro vientos que hay una remota posibilidad de que
Atlantis esté donde se sospechó siempre: en Andalucía, más allá de las Columnas
de Hércules, en tres islas concéntricas rodeadas de marismas (Lago Ligustino),
con un solo canal anchísimo (valle del Guadalquivir hace 10.000 años), que
comunica la ciudad con el Mar Máximo, el inexplorado (Océano Atlántico).
Como
digo, la cuestión es… ¡por qué, después de nueve años, yo me tengo que enterar
por mi amigo erudito Dani de tal descubrimiento, y pongo cara de pasmado?
¿Por
qué, tras este hallazgo, el Gobierno Español retira todos los fondos de
investigación al CSIC, y condena el descubrimiento arqueológico más importante
de la historia de la Humanidad (de confirmarse), al silencio, a la oscuridad?
Aunque
lo que está enterrado en los lodos de Doñana
y los fondos marinos de Huelva fuese Tartessos, y no la Atlántida, sólo
eso bien valdría el presupuesto asignado, porque estaríamos hablando de la
primera gran civilización de Occidente, anterior a Roma o Grecia. Estaríamos
hablando de convertir lo mitológico en histórico.
Pero
yo voy más allá. Islas como Creta, viven de la leyenda de Atlantis
(personificada en su impresionante Templo de Knossos), por el turismo originado
por los escritos de Platón, a pesar de que la comunidad científica la da ya por
descartada. Sólo el descubrimiento de Tartessos (no digamos ya la Atlántida)
implicaría un gigantesco ingreso de euros turísticos en nuestra paupérrima
economía, y un espaldarazo de la arqueología española a la primera plana
científica a nivel mundial. Me ha tocado nacer en Andalucía, en España, y me
siento orgulloso por ello, pero determinadas acciones de los botarates corruptos
que me gobiernan, hacen que me avergüence (muy a pesar mío) de mi país. Y sé
que suena duro, pero así me siento.
Como
digo, voy a justificar mi sentimiento. Nuestro Ministro de Medio Ambiente,
Arias Cañete, acaba de sacar adelante su Reforma de Ley de Costas, una monstruosidad
que permite construir a 50 metros de la orilla del mar, y prácticamente elimina
el tránsito público por nuestras playas, y da pie a la privatización de nuestra
costa. Y lo más sangrante, permite la edificación salvaje en zonas de marismas
y salinas, con lo cual deja en manos de políticos y empresarios corruptos a
zonas históricamente vírgenes y antes protegidas, de mi amada tierra andaluza.
También
este verano, nuestro honorable e incorruptible Ministro, aprobó la concesión a
Gas Natural de de las prospecciones de siete nuevos pozos y la construcción de
24´5 Kms de gasoducto… atravesando el Parque Nacional de Doñana. Da igual que
Greenpeace, Equo, Izquierda Unida, UNESCO y la Secretaría de Medio Ambiente de
la Unión Europea le recuerden a nuestro Gobierno que esa zona es el Parque
Nacional de Doñana, y goza de la máxima protección medioambiental.
Sencillamente, se lo han pasado por el forro. Da igual que los acuíferos del
parque nazcan allí donde ahora van a almacenar miles de toneladas de gas
licuado. Da igual que el futuro del lince ibérico y cientos de especies en vías
de extinción se vayan a freír espárragos. Da igual que el mayor hallazgo
arqueológico de la historia de Occidente, no llegue a confirmarse por el vil
metal, por la puñetera avaricia del típico político “untado” por la típica mega
empresa energética sin escrúpulos.
Sí,
porque da la casualidad de que la zona en la que Gas Natural se ha empeñado en
actuar, está justo en las marismas al sur de Hinojos, en el centro de la zona
estudiada por los científicos del CSIC. ¿Es posible que la mitológica ciudad de
Tartessos, o la aún más idílica de Atlántida, jamás vean la luz por los
intereses de un grupo de podridos personajes del negro empresariado español? En
España, tristemente, sí. Porque de hecho, el CSIC no tiene ni presupuesto ni
autorización de nuestro Gobierno del PP, para sacarnos de dudas y empezar la
excavaciones, ni siquiera con el apoyo económico de National Geographic, que ya se ha
brindado. Dicho esto, nuestro Ministro no puede esgrimir motivos de
presupuesto.
Mira
que si nada más ponerse a cavar, estos melenudos hippies dan al traste con un
proyecto que va a hacer a Gas Natural y nuestro Ministro (está claro en qué
Consejo de Administración va a terminar) más asquerosamente ricos…
Por
lo pronto, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha
paralizado el proyecto, mientras pueda, sólo por aquello de tocarle las
“maracas” a Rajoy, y por haber aprobado una ley que limita la servidumbre
pública a 500 metros de la orilla del mar. Pero ya la empresa ha puesto toda su
artillería en juego, azuzando a nuestro ex Presidente Felipe González a dar
dentelladas a sus amigotes del PSOE, para ver si aflojan un poco la cuerda… que
para eso lo hicieron Consejero hace un año, por 210.000 euros anuales. Eso hace
olvidar muchas antiguas voluntades socialistas, como las que predicaba hace una
década este impresentable corrupto de ahora. Poco cariño le cogió este
personaje a las maravillas naturales que alberga Doñana, en sus muchos veraneos
en su Palacio de las Marismillas.
También
da asco del repugnante servilismo de los medios de comunicación, que tanto los
de derechas como los supuestos progresistas, guardan silencio ante este
escándalo, como fieles mamporreros de sus adinerados dueños mafiosos (el empresariado
español y los podridos Partido Popular y PSOE, lobos de la misma camada).
Está
en peligro el parque nacional más bello y peculiar de Europa. Está en peligro
el descubrimiento de las ya no tan míticas Tharsis bíblica o riquísima
Tartessos. Está en peligro el sueño de millones de utópicos que aspiramos algún
día a visitar las ruinas de la Atlántida, en suelo andaluz. Y todo, por el vil
metal, por el corazón podrido del hombre, por la asquerosa mafia política que
gobierna mi país desde hace más de treinta años. Qué razón tenía mi buen amigo
Pedro (otro loco amante de leyendas tartéssicas), cuando me aseguraba “que
estábamos en el umbral de un cambio de régimen”… Hoy te lo confirmo, compañero,
pero quizás vivamos lo suficiente tú y yo, para ver cambiar de bando al miedo.
Ojalá…
Una vez más, las corruptelas políticas alargan sus tentáculos para mantener oculto nuestro pasado, nuestra historia, siempre al servicio del Poderoso Caballero. Y una vez más, el Último Defensor Andalusí que nos queda sale al paso para denunciar la inmundicia que corroe nuestras instituciones y convertirse en el Paladín de la Cultura y la Verdad, oculta entre siglos de historia andaluza, tartésica y, por qué no, atlante. Seamos cautos ya que, hasta ahora, los hallazgos preliminares certifican "solamente" que hay restos de actividad antrópica en la zona, pero dejemos también volar la imaginación pues los indicios y las piezas que, aunque desperdigadas, parecen estar relacionadas, apuntan a que hay probabilidades, dentro de los márgenes de lo razonable, de que la Atlántida pudiera haber estado en uno de los parajes de más belleza que salpican nuestra geografía, convirtiéndose en nuestra primera capital. Excepcional tu artículo, y agradecido y honrado por tu dedicatoria. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuy cierto, sabio amigo. Tú aportas a estas páginas mesura en el comentario... pero a mí la bilis se me revuelve al pensar de que la mínima posibilidad que nos queda de realizar algún hallazgo, en un sentido u otro... se vaya al traste por esta bazofia corrompida que nos gobierna.
ResponderEliminargracias por tus sabias palabras siempre, querido compañero de quimeras por cumplir.
No quiero ser aguafiestas pero los arqueologos han investigado la pista de freund y kuhne y han demostrado que ahi no hay nada. Lo de national geografic efectivamente si que se hizo por el vil metal. El romanticismo es bonito pero no esta bien enganar a la gente
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