CAMBIO
DE RÉGIMEN
Siempre he recriminado a mi buen
amigo Pedro estas palabras, y al final, voy a tener que tragármelas. Cada día,
nos atrincheramos ante el televisor casi con miedo, para ver qué nuevo derecho
constitucional se está planteando restringir este Gobierno. No me lo quería
creer, no podía aceptarlo…que esta horda de rémoras de la política estén
asesinando la constitución que costó tanta sangre, tantos años de humillación
de los que dejaron media vida en las cárceles de Franco, tantos palos de los
“grises” en la espalda de mi padre y los de su generación.
No puedo evitar el preguntarme
“¿de qué se ríen estos imbéciles en el Congreso?”. Porque, precisamente, lo que
se han perdido son las formas. Rajoy, jaleado por su corte de plañideras
ordinarias, indulta a políticos corruptos pringados hasta las cejas, fomenta el
blanqueo de dinero negro con su amnistía fiscal, condena a muerte la educación
y la sanidad públicas (a la vez que subvenciona la privada y abraza doctrinas
del ultra catolicismo), consiente que los bancos intervenidos por el Estado
realicen más de quinientos desahucios diarios.
No, maldita marioneta barbuda, ha
sobrepasado la línea de “NO RETORNO”. Ya no puedo pedir menos que su dimisión,
no puedo digerir su desvergüenza, su falta de moral, sus aires de orgulloso
general sacado de los Tercios de Flandes, mientras sumisamente se baja los
pantalones ante la Dama de Hierro de Alemania.
No soy hombre violento, los que
me conocen bien lo saben. Pero aseguro a usted y los suyos, que si su repugnante
subasta de mi país a los especuladores extranjeros y podridos millonarios
españoles, condena a mi familia a la pobreza…no habrá rincón en España en el
que esté a salvo de la ira de los justos.
Usted, destrozador de esa lengua castellana
que tanto defiende contra los independentistas, ignorante carente de oratoria
alguna, no merece gobernar mi país, por embustero, indigno, y asesino. Sí, he
dicho bien; asesino, por las muertes que ya acarrea a su espalda, porque
empieza a no poder ocultar (ni siquiera en su repugnante prensa ultra
derechista) los recientes tres suicidios producidos por la crueldad de
desahucios de esos bancos intervenidos por el Estado.
Sangre en sus manos, porque usted
es responsable de no obligar a las entidades reflotadas con dinero público a
que salden sus deudas con la dación en pago. ¿Acaso no es suficiente para los
trabajadores de este país ver cómo se esfuman sus sueños, sus aspiraciones, su
dignidad…con una orden judicial en manos de un notario, escoltado por un
ejército de gorilas uniformados?
Sangre de miles de españoles que
no han podido soportar la humillación, y han acabado con sus miserables
existencias. Su mismo Ministerio de Interior admite que los suicidios se han
incrementado un 65% en 2012, y que el 70% de ellos, estaban estrechamente
relacionados con la crisis y los desahucios. Sí, Sr. Presidente, sé de sobra
que no le gusta que el pueblo le saque los colores, por su desastrosa gestión.
Este país de pandereta no es Grecia, pero cada día se le parece más, gracias a
usted.
Ojalá conozca el mismo miedo de
las familias que mañana van a dormir con sus hijos en la calle, por su
complicidad con sus amigos banqueros. Ojalá, sepa pronto lo que es el miedo.
Ojalá pruebe algo de su propia medicina y todos sus escoltas y sus
antidisturbios no sean suficientes para librarle de la ira del pueblo que usted
está matando.
Ojalá, muy pronto, sepa lo que es
suplicar y no ser escuchado…se ha ganado a pulso el odio de tanta gente buena…
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