martes, 13 de noviembre de 2012

PIQUETES


PIQUETES

Es la palabra más repetida desde hace días…”piquetes”. Las cadenas de televisión y las de radio, afines a este Gobierno echan humo ante la inminente huelga general del 14 de noviembre. Y si ya sintonizamos en TDT PARTY (Intereconomía, para los despistados), estamos al borde del apocalipsis: hay que repartir leña de manera salvaje a estos terroristas de ultraizquierda, que quieren desestabilizar el país.

Hay que ver la rabieta que han pillado, por montarle a Don Mariano la segunda huelga general en menos de un año…ya ese honor no se lo quita nadie. Igual es que no hay motivos. Aunque, volviendo al tema “piquetes”, me gustaría ilustrar a los que me leen, acerca de esta palabreja.

Todo el mundo sabe o cree saber lo que es un piquete de huelga. Es el “grupo de personas que pacífica o violentamente intentan imponer una consigna de huelga”, según el Diccionario de la Lengua Española. Lo curioso es que la inmensa mayoría, no identifica a un piquete en la cara opuesta de la tortilla…es decir, ¿forman un piquete los jefes de planta de El Corte Inglés, preguntando uno a uno a sus subordinados hoy, 12 de noviembre, si van a ir a la huelga? ¿No es esto coacción? Y esto lo digo, porque lo he sufrido en mi casa, o lo han sufrido amigos míos.

Reto a cualquiera, que me diga que ha visto alguna vez a un operario de El Corte Inglés que haya ido a la huelga y haya conservado su trabajo al día siguiente. ¿Esto no es acoso, no es violencia, no es pisotear un derecho constitucional?
El anterior encargado del Mercadona de mi calle, puso a todos los empleados en fila india en la víspera de la huelga general anterior y les preguntó uno a uno si la iban a secundar. Uno, mi vecino, le espetó que no sabía qué iba a hacer hasta esa misma mañana. Respuesta del encargado: “Pásese por la oficina. Está despedido”. Obviamente, el resto de compañeros, el día siguiente trabajaron. ¿Esto no es terrorismo empresarial?

¿Tienen garantizados los trabajadores españoles el derecho a la huelga? ¿Cuántos millones de ellos no la secundarían el 14 N, sólo por la oportunidad de gritar a este Gobierno que están hartos de sus condiciones de trabajo, de su explotación, de su miseria? “Muchísimas gracias, Sr. Rajoy, por regalarnos esta Reforma Laboral, que nos convierten en esclavos de empresarios sin escrúpulos, que nos hacen trabajar más horas por menos dinero”. ¿No se lo dirían a las cámaras si tuvieran oportunidad? Pero no pueden, saben que si lo hacen, mañana están en la cola del paro.

Así que, en fin, el 14N volveremos a asistir a la desvergüenza de las cadenas de televisión sacando a dos o tres piquetes violentos enfrentándose a la policía, mentirán sobre las cifras, no mostrarán ni una imagen del Paseo de la Castellana desde un helicóptero, y dirán que allí habíamos cuatro “colgaos”.

Lo siento, pero ya soy demasiado viejo para cambiar. Tengo la fea costumbre de ponerme siempre de parte del débil, del desahuciado, de la familia de los que se han suicidado por el acoso de un banquero, del parado que llega a casa y ante la pregunta de su mujer y sus hijos se traga las lágrimas. Tengo la fea costumbre de luchar por esa gente que hace colas para comer en los comedores sociales de Cáritas, que rebusca en los contenedores del Mercadona, por esos chavales que están estudiando sin saber hacia dónde se dirige ese miserable destino al que les están condenando los que nos gobiernan. Tengo la fea costumbre de luchar porque mis hijos hereden una España como la que mi padre me legó a mí, con los derechos que les arrancaron a los padres de los que ahora gobiernan, y que nos han quitado en menos de un año.

Están avisando y van en serio. El derecho de reunión, de sindicación, de manifestación, de libertad de expresión, a una vivienda digna, al trabajo…todos serán un vago recuerdo dentro de muy poco. No, mis hijos no podrán decir que su padre no luchó por esto. Y en cuanto al trabajo, es cierto lo que dice Rajoy, todos los españoles tienen derecho a trabajar el 14 N…, el 14 de noviembre, y el 15, y el 16, y los 363 días restantes del año.

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