EL ENIGMA DEL ODISSEY
Ya es un vago recuerdo en la
memoria del pueblo español, pero es ahora precisamente, a toro pasado, cuando
se deben analizar estos pequeños episodios de la historia. Y es que, cuando los
Gobiernos (sean del país que sean) pueden sacar tajada electoral, movilizan
cielo y tierra para acaparar horas en los medios de comunicación, y una vez
conseguido el objetivo, se entierra la noticia en el último cajón del archivo…nunca existió.
El pasado 27 de febrero de 2012,
nuestro enérgico Ministro de Cultura, nos enardecía de orgullo patrio, al
anunciar a bombo y platillo la victoria de España sobre la empresa cazatesoros,
propietaria del Odissey. ¿Se acuerdan? Ése que se llevó 595.000 monedas de oro
y plata de la fragata “La Mercedes” ante nuestras narices, con la complicidad
de las autoridades de Gibraltar (más piratas que los primeros).
España guarda en sus aguas
jurisdiccionales los mayores tesoros hundidos del mundo, pero sólo nuestros sucesivos
Gobiernos se acuerdan de ello cuando nos expolia un barco pirata americano
(casi todas las empresas cazatesoros son de EE.UU.). No hay Guardia Civil
suficiente para vigilar nuestros pecios en la Bahía de Cádiz, Cartagena,
Málaga, A Coruña, Barcelona, Tarragona o Bilbao. Y los piratas del siglo XXI lo
saben. Eso sí, sólo con la fortuna que nos ha cascado EE.UU. por el juicio del
tesoro supuestamente recuperado, bien podríamos haber equipado un navío español
igualito al Odissey y haber comenzado por nuestra cuenta la recuperación de
nuestro pasado de los fondos marinos.
Sí, porque yo creía que cuando
alguien ganaba un juicio, se quedaba con lo reclamado legalmente y el que
perdía pagaba las costas del juicio y apechugaba con la sanción pertinente, si
correspondía. Pero analicemos los detalles de la declaración de nuestro
ministro José Ignacio Wert, de ese 27 de febrero y de noticias aparecidas en
estos días en referencia al Odissey.
Nuestro Ministerio de Cultura va
a enviar en depósito una buena parte del tesoro a Perú, Chile y Bolivia, por
conmemorarse el Bicentenario de la Constitución de 1812 de Cádiz, madre de
todas sus constituciones. Y lo veo genial, es entendible, por haberse acuñado
las monedas en estas antiguas colonias españolas, pero la cosa empieza a
enredarse. También se va a ceder una gran parte de este tesoro a museos de
EE.UU., por el apoyo prestado durante el juicio en Tampa. Perdón, pero me he
perdido.
¿Ustedes recuerdan una sola
muestra de apoyo de una institución o museo norteamericano a la causa española?
Creo que hubiera acaparado portadas de televisión y prensa, ¿no? Hasta los
americanos nos dan la razón. Por favor, ilumínenme, muéstrenme sólo una. ¿Va a
ser que no, verdad?
Seguimos con más detalles
incomprensibles de alguien que anuncia que ha ganado un juicio. “Nuestra
intención es que el tesoro pueda ser disfrutado por todos, pero aún es
prematuro para hablar de la adscripción o adscripciones de la colección” decía
nuestro “Ministro de Hierro” Wert. Recuerdo al que me lee, por si se ha
perdido, que “adscripción” significa “propiedad por aclarar de algo” según
nuestro diccionario de la R.A.E.L.
O sea, que hemos ganado, pero
todavía no sabemos si el tesoro es nuestro o no. Estoy más perdido que antes.
En esa misma multitudinaria rueda de prensa, un gravísimo Wert amenaza –“La
Secretaría de Estado del Ministerio de Cultura estudia reclamar a la empresa
propietaria del Odissey las costas procesales del juicio, que ni siquiera han
sido hechas públicas por el ministro, para que no nos entre una depresión al
enterarnos. Pero vamos a ver…¿qué victoria es ésta, que tenemos que pagar las
costas del juicio? Este veredicto empieza ser muy, muy raro.
También anunció nuestro rocoso
ministro que Cultura va a instar a la titular del Juzgado de Instrucción Número
3 de La Línea de la Concepción para que archive el caso contra el Odissey. Eso
sí, seguirá exigiéndose las 52 piezas que se quedó Gibraltar, como compensación
por prestar su aeropuerto a los piratas. Conociendo la legalidad de los
“llanitos”, lo llevamos claro, “querido” Wert.
-“El retorno del tesoro de La Mercedes a España marca un antes y un
después en la protección internacional del patrimonio subacuático”- aseveró el
gran Wert henchido de gozo y yo, la verdad, no sé por qué sonreía.
Sencillamente creo que el resultado del juicio no ha podido ser más desastroso
para mi país.
Y es más, yo acuso a José Ignacio
Wert de mentir al pueblo español. Le acuso de ocultar que lo que se ha cocido
en Tampa no ha sido más que un pacto entre la empresa de Odissey y el Gobierno
Español, para tener una salida “honrosa” a este desaguisado. Nos “devuelven” el
tesoro, pero las tremendas costas procesales las paga España, la restauración
de las 595.000 monedas las paga España, y gran parte del tesoro retorna “cedido
en depósito” a museos y fundaciones de EE.UU. ¿No es más creíble esto?
Una perla más, para terminar. El
Ministerio de Cultura estudia desde el mes de marzo, empezar a rescatar del
fondo del mar nuestros tesoros. ¿Imaginan a quién se ha encargado las
prospecciones y tan delicada labor? Bingo, al navío Odissey. Ahora sí que me he
quedado con el cerebro colapsado. ¿Le encargamos a los piratas que nos han
expoliado la investigación de nuestros pecios? Esta victoria judicial se enreda
cada vez más. ¿No habrá sido ésta otra condición para “devolvernos” el tesoro:
el monopolio de la extracción de los pecios en aguas españolas? Con todos mis
respetos, cada vez apesta más este triunfo judicial, mi querido, eufórico y
sincero ministro Wert.
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