viernes, 15 de junio de 2012



ESOS DESVERGONZADOS ISLANDESES.

Titular de portada del prestigioso periódico norteamericano “The New York Times”, del día 11 de junio de 2012:

“España rescata a sus bancos, pero no rescata a sus parados”

Parece ser que no soy yo el único que ha llegado a esa misma conclusión, pues también lo ve así el reconocido diario conservador de los EE.UU. No, señor Rajoy, no son los comentarios de los que en el Congreso no aceptan su política neoliberal, los que están dañando la imagen de España en el exterior. Ya usted bien se vale solito para hacerlo con sus decisiones, que ni son necesarias, ni justas, ni buenas para el pueblo que usted gobierna.

Islandia , el pueblo llano,  mete a sus banqueros corruptos en la cárcel, pone en búsqueda y captura de la INTERPOL a los que se han escapado (como ratas), juzga a su ex Presidente por practicar políticas que llevaron al país a la quiebra, hace dimitir al 80% de los diputados del Congreso, y está reformando su Constitución. “Era su fin, la ruina de Islandia”, eso anunciaron LOS MERCADOS, el FMI, el BCE…todo Cristo, cuando en un sufragio universal, el pueblo votó que NO iba a pagar la deuda externa, sencillamente se decidió no pagar una deuda que sus especuladores y sucios mafiosos banqueros habían originado.

Y ahora resulta que Islandia, después de su revolución, y del castigo del mundo financiero, crece un 3,2% su PIB en 2011. Y lo que es mejor, el crecimiento es progresivo e imparable, y se vaticina desde el FMI que va a crecer otro 3,5% en 2012. Para que nos hagamos una idea, sólo China es el país que supera en cifras de producción a Islandia en el mundo.

Así que lo mejor que le ha pasado a Islandia en su historia reciente, visto así, es que llegara al poder el impresentable que la arruinó. Su desastrosa gestión originó la revolución espontánea y tranquila de su pueblo, unido sin fisuras ante la monstruosa crisis, que dio como fruto la depuración total de una clase política corrupta y de un nuevo código ético de su sistema financiero. Islandia le ha dado al mundo una lección de democracia…y lo que es peor, le ha sacado los colores a la vieja Europa.

Así que nada, Sr. Rajoy, usted siga con su receta de austeridad, recortes a golpe de decreto, subida de impuestos, favoritismo y poder absoluto a los grandes empresarios y torniquete a la hemorragia de deuda de los bancos a costa de inyección de dinero público. Usted siga así, que más tarde que temprano, la situación le va a explotar en la cara, y el ambiente en las calles de Grecia le va a parecer gloria al lado de la que se va a montar aquí. Todo tiene un límite, Sr. Presidente, y usted lo rebasó hace ya tres pueblos.

Y ya aprovecho para hacerle públicamente una pregunta. Antes de partir a Polonia a disfrutar de nuestra selección de fútbol (seguro que la entrada le tuvo que costar carísima en la reventa), salió ante los medios de comunicación, haciendo el signo de la victoria y con una sonrisa de oreja a oreja.

¿De qué se reía usted?

Lo digo porque no veo la gracia por ningún lado. Le van a “prestar” 100.000 millones de euros de nada, al 4% de interés, a 15 años. Pero le recuerdo que en abril, usted firmó con el resto de socios europeos un préstamo a los bancos comunitarios, por valor de 500.000 millones de euros, al 1% de interés. ¿Sólo yo me he perdido? ¿Lo han tomado a usted por lelo o está en nómina de la Merkel? Porque o es una cosa u otra. O lelo, o está compinchado con los bancos alemanes que nos van a desangrar como a gorrinos.

Sinceramente, Mariano…¿de qué se reía usted?

No, no somos Grecia (para empezar, el salario mínimo interprofesional es 150 euros más alto que el nuestro), y les superamos en desnivel entre las rentas altas y bajas (sólo nos supera Chipre). Pero todo se andará. Nos falta sólo un empujoncito para que esto le estalle en la cara. Ojalá sea pronto y vea a tiparracos como usted, como Camps, Matas y otros llamados “Grandes de España” sentados en un tribunal de Justicia, a banqueros como Rato, Botín y la mitad de su calaña en la cárcel. Ojalá no tarde mucho. Apriete un poco más, Sr. Rajoy, que el pastel está a punto…

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