martes, 27 de marzo de 2012


DESPERTAD DE UNA VEZ.

¿Cómo podré mirar a mis hijos a los ojos dentro de diez años, y decirles que permanecí impasible ante esta reforma laboral que los ha convertido en esclavos?

¿Cómo podré explicar a mis hijos y nietos que agaché la cabeza y claudiqué ante los auténticos privilegiados, y permití que tanta sangre, dolor y represión sufrida por mis padres y abuelos se perdiera en vano?

¿Cómo podré contarles sin caer preso de las lágrimas, aquellos tiempos en los que un trabajador podía ir a la huelga, reivindicar derechos otorgados por la Constitución, y mirar a los ojos de un señorito sin miedo a que le amargue la vida?

¿Cómo podré decirles sin agachar mi mirada, que cuando pude hacerlo, no luché por sus derechos y que consentí que una clase política corrupta, podrida, corrompida, se adueñara de lo más preciado del ser humano: la libertad?

No, mis hijos no podrán decir tal cosa de mí. Conseguiremos cambiar el repugnante orden establecido o no, pero recordarán que su padre estuvo donde debía estar. Yo no soy responsable de esta supuesta crisis, no tengo la culpa de los desmanes de tanto golfo y no pienso pagar por esta estafa al pueblo español.

Rebélate, no permanezcas inmóvil ante esta violación de tus derechos constitucionales. No somos números, no somos peones en un tablero de ajedrez, no somos un decimal en la calculadora de un asqueroso tecnócrata. Tengo poder de decisión y no debo pleitesía a ningún cacique iluminado por Dios o por el Dinero.

Soy un ciudadano español, y no un súbdito de Rajoy, de Juan Carlos I, de los Mercados, del FMI o de Obama. Sólo rindo cuentas ante la Ley, y ante mi conciencia. Sólo quiero ser recordado como un hombre que se labró el respeto de su mujer, sus hijos y sus amigos con su ejemplo. Sólo aspiro a hacer lo correcto, a que la historia me coloque en el bando justo, en el que luchó por la dignidad de los hombres, a seguir con orgullo el ejemplo de mi padre, un luchador defensor de la clase obrera, muchos años antes que yo en mitad de una dictadura fascista.

Soy un ciudadano, un ser humano, una persona, con voluntad propia. Y como tal ejerceré mi derecho a ir a la huelga del 29 de marzo, contra la esclavitud que quieren imponernos.

Y a los que se parten el pecho reclamando el derecho al trabajo, les doy por completo la razón. Todo español tiene derecho a trabajar, pero no sólo el 29 de marzo, sino los 364 días restantes del año. Así que, con todos mis respetos, métanse el derecho a trabajar el 29M donde no hay servicios mínimos.

Ojalá el 29M sea el primer día de algo que se recuerde como el principio del auténtico cambio de mi dormida sociedad.

¡¡¡ DESPERTAD DE UNA VEZ, PARADOS, ESTUDIANTES, FUNCIONARIOS, PENSIONISTAS, INDIGNADOS !!!!

¿TODAVÍA NO SE HABÉIS DADO CUENTA DE QUE VAMOS EN EL MISMO BARCO, DE QUE SOMOS MILLONES, DE QUE PODEMOS DARLE LA VUELTA A TODO, COMO SE HIZO EN ISLANDIA?

DESPERTAD DE UNA VEZ.

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