OJO POR OJO, Y EL MUNDO ACABARÁ CIEGO

Esta frase de Mahatma Gandhi bien puede ilustrar esta reflexión de hoy. ¿Por qué esa fijación enfermiza en tomarse la justicia por su mano? ¿Por qué es tan atractivo el modelo del Oeste americano, linchando públicamente al perseguido en vez de juzgarlo? ¿Era necesario ese repugnante espectáculo de la chusma dándole una paliza de muerte a Gadafi, antes de pegarle dos tiros en la cabeza? ¿También el hijo, capturado vivo en una alcantarilla y asesinado junto a su padre? ¿Lograremos ver a algún hijo del dictador sentado ante un tribunal, con un juicio civilizado?

Son muchas preguntas, y todas de difícil respuesta. Y lo que más me inquieta es que España, mi país, ha contribuido a este circo romano. Nuestros aviones han bombardeado Libia, han apoyado a unos rebeldes que (supuestamente) defienden una democracia plena, pero que se me antojan más fanáticos que los que besaban los pies del impresentable Muamar el Gadafi. Y a continuación defenderé mis palabras. Estos defensores de la libertad, enarbolan banderas del rey Idris I, al que derrocó este dictador en 1969. Sólo recordar que EE.UU. fue el primer país en apadrinar al reino ante la ONU en 1951, y en mirar para otro lado ante las denuncias de corrupción y barbarie del rey para con su pueblo. Esto quiere decir que EE.UU., la OTAN y nosotros hemos vuelto a poner en el poder a la tribu del rey Idris I, la Cyrenea, concentrada al este del país y eternamente agradecida a los norteamericanos por ponerlos al mando de la rebelión.

En segundo lugar, por vergüenza, España no puede apoyar a unos rebeldes que dicen a cara descubierta en televisión, a través de su general en jefe, que van a pasar a cuchillo a toda la población de Sirte cuando la tomen. No se puede dar alas a unos bestias que no permiten que entren la Cruz Roja ni Médicos Sin Fronteras, en una ciudad en la que 150.000 almas civiles se mueren de sed y hambre, y a las que tampoco se les hace un corredor seguro para que salgan de ese infierno.

Y en tercer lugar, no se puede arrasar una nación con el pretexto de dotarla de libertad y democracia, y poner en el poder a una tribu que predica abiertamente que se va a regir por la sharia (la ley islámica ortodoxa). ¿En qué quedamos? ¿Venimos repartiendo libertades o al primero que defienda una nación gobernada por el pueblo y no por Dios se le va a degollar en mitad de la calle?

El tiempo es el mejor juez. Ya veremos dentro de cinco años el monstruo libio que nosotros hemos contribuido a crear. Ojalá me equivoque, de corazón.

El tiempo, mis canas, me han demostrado que al Imperio le molestan los líderes de esas dictaduras que les salieron "rana". Sí, porque el reino de Arabia Saudí puede cometer todas las barbaridades que quiera en su territorio, predicar la ortodoxia waabita (la más radical del Islam), engendrar al mayor terrorista de la historia (Osama Bin Laden, sobrino del rey), o invadir a países vecinos inmersos en revoluciones populares. Venden su petróleo sólo al Imperio.

Israel, Turquía, Pakistán, Marruecos, Colombia, México...lo que quieran, carta blanca del Imperio. Sus mandatarios pueden cometer las atrocidades que quieran con su pueblo, y si alguien se les rebela, son terroristas o subversivos, que quieren desestabilizar el gobierno.

Los que le molesta de verdad al Imperio es que uno de sus engendros, de sus experimentos, termine delante del Tribunal Penal Internacional de La Haya, con tanto periodista y televisión presentes, y en directo. ¿Y si uno de esos monstruos hace preguntas incómodas al tribunal, o al juez designado por el Imperio? ¿Y si en mitad del juicio descubrimos que el Imperio financió sus carreras políticas o sus golpes de estado? Tenemos mala memoria, es nuestro mal, y ya no recordamos cómo llegaron al poder el abuelo de Mohamed VI, o Sadat, Mubarak, o esos reyezuelos de Arabia saudí, Bahrein, Dubai, Yemen, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Sadam Husein (ahorcado por un tribunal iraquí), Milosevic (sospechoso infarto de miocardio al tercer día de juicio en la Haya), Bin Laden (acribillado por los Marines), o... Gadafi (linchado por nuestros queridos y civilizados rebeldes). Podemos seguir, la lista es interminable, y todos ellos fueron en su momento amigos del Imperio. ¿No? Buscad, investigad, preguntad a San Wikipedia. Pero lástima, les salieron rana al final, y ninguno llegó vivo a su juicio por crímenes contra la Humanidad. Y es curioso, porque el Imperio fue allí a capturarlos vivos, para juzgarlos ante el Tribunal Penal Internacional(supuestamente, claro).

POR CIERTO, OS VOY A DEJAR BOQUIABIERTOS. ¿SABÉIS QUIÉN ES EL TIPO DE LAS FOTOS DE ARRIBA, EL DE LAS BARBAS? Pues ni más ni menos, que Osama Bin Laden. el terrorista más buscado del mundo tras el 11 S. ¿Sabéis quién es el que está a su lado? El Agregado Militar de la CIA para Oriente Medio durante la década de los 80. Aquí, Osama aparece como jefe de los guerrilleros talibán, en suelo pakistaní, instruido por la CIA para convertirlo en la pesadilla del ejército ruso en Afganistán. ¿Cómo se han filtrado estas fotos a la prensa? Porque EE.UU. sacaba pecho con sus engendros talibanes (cuando servía a sus intereses) y permitió la presencia de periodistas en este caso. CRASO ERROR. CÓMO HA CAMBIADO EL PANORAMA EN 2011, ¿VERDAD? AHORA, CUANDO LA PRENSA INCOMODA, SE LE DA UN CAÑONAZO Y EN PAZ, COMO A JOSÉ COUSO.

Donde se ponga un cowboy, con su pistolón y su horca, que se quiten todos los jueces. No hay nada más molesto para el Imperio que un testigo molesto, un chivato, un traidor a la mano que le dio de comer. Sangre y fuego es su condena, para ellos y la ruina eterna para sus naciones. Al menos me queda la certeza de que en mi país puedo cuestionar la actuación de mi Gobierno. Si hiciera lo mismo en Libia hoy, censurando la actuación de los "amigos" que han destruido mi país y nos van a arruinar con la factura de su reconstrucción, ya estaría muerto por traidor.

La DEMOCRACIA del Imperio es lo que tiene, que es muy peculiar.